Paola, seductora - Relatos Eróticos

Paola, seductora

... - me dijo –estaba incomoda con esa formalidad".

Nos sentamos en la sala de estar, un acogedor rincón que daba a la calle de su apartamento, compuesto por unos mullidos muebles. Paola se sentó y su falda subió tremendamente, sin que ella hiciera ningún esfuerzo por volver a bajarla. Yo hice lo mismo y en ese momento, y ella lo sabia, yo me dedique a admirar sus hermosas piernas, las mismas que Paola cruzó, hasta el punto de que su panty quedaba casi a la vista."Te provoca tomar algo?"."Gracias, te parece un vino?""No, mejor tomemos una champaña que hace días la tengo en el refrigerador". Fue por la botella, volvió a sentarse con los mismos y deliciosos efectos anteriores y me ofreció una copa. Luego de 3 o 4 copas más, los dos estábamos a punto de iniciar algo. "Vamos a la alcoba, los dos somos adultos y sabemos para que estamos aquí" me dijo."Claro, pero déjame decirte algo"le dije mientras acerque mi boca hacia la de ella, bebiendo de sus labios la champaña que aún tenia en sus labios, "Dime"."Paola, hoy, esta noche, toda la noche, quiero hacerte el amor, como seguramente nadie te lo ha hecho, quiero disfrutar de cada centímetro de tu cuerpo, hacerte gemir de placer, hacerte sentir todo el deseo sexual que ha estado reprimido"."Yo también tengo ganas de hacerlo", me dijo"Sabes que hace rato no disfruto de un buen momento de sexo, quiero sentir lo que no he sentido en años"mientras su mano, sin tapujos, se colocó encima del bulto que ya sobresalía entre mi pantalón.

Me ...

... tomó de la mano y me llevó a su alcoba, no sin antes pasar por la de los niños y constatar que efectivamente estaban durmiendo placidamente. Era una cama ancha, mullida como los muebles de la sala de estar, creo que se estaba desperdiciando con las sesiones flácidas de sexo (si puede llamarse así entre Paola y su marido). Paola se sentó en la cama y yo hice lo mismo, puse mis manos en sus piernas y me dedique a sobarlas mientras la besaba en el cuelo, en la boca, en sus orejas, ella se retorcía, había colocado sus manos hacia atrás y se mantenía inmóvil dejándome hacer lo que yo quisiera. Introduje mi lengua en su boca y aproveché para masajear sus senos, encima de la blusa."No crees que es mejor que nos quitemos la ropa" me dijo. "Si, pero déjate el brasier y la falda, me excita mucho mas verte así". Se sacó su blusa y esos melones apenas si cabían en un brasier blanco, de encaje. Ya sus pezones estaban muy duros porque yo los había besado por encima. Se quitó las medias de encaje, y se dejó su falda negra, su mini, su cortisima falda que tanto me había excitado en momentos anteriores. Sin embargo, se quitó su panty, ella sabía y quería que yo la penetrara.

Nos metimos bajo las cobijas, la bese apasionadamente, chupe sus senos hasta hacerla gemir, y mientras yo lo hacía, ella bajó su mano y agarró mi verga que estaba húmeda, y comenzó a masturbarme, el placer que yo sentía era inmenso, pero Paola me advirtió" No quiero que botes el semen, quiero que me lo des todo, y no ...