1. Espiando a mi esposa


    Fecha: 17/12/2019, Categorías: Voyerismo Autor: hermanitoc, Fuente: xHamster

    ... dormitorio, los escuchaba hablar y sus voces me llegaban por el televisor gracias al micrófono de la cámara. María le preguntó de su vida, si estaba en pareja y cosas así. Evidentemente ella le hablaba desde el baño. Se escuchaba el zumbido del secador de pelo. Lo vi levantarse disimuladamente del sillón y asomarse despacio y con cautela. Con su mano entornó apenas la puerta y luego se acercó a la mesa a servirse una copa de vino, mientras seguía espiando a mi mujer.Ella entró nuevamente a la sala, ya con el cabello seco pero con el mismo diminuto camisón, yo sufría con cada mirada de él, la cámara apenas los tomaba de costado, pero veía como la recorría con la vista. Ella se acercó demasiado para alcanzar una copa sobre la mesa. Él, en lugar de correrse y cederle el paso, se quedó parado esperando que ella lo rozara. Inmediatamente su mano libre se levanto y la tomó por la cintura a mi esposa. María no dijo nada, sólo le sonrió y se quedó quieta. El acarició su cintura y su mano fue bajando hasta sus caderas. Mi mujer estaba inmóvil, sin decir nada, sólo se limitó a dejar la copa todavía vacía sobre la mesa. Luego apoyó su mano sobre el hombro de Gustavo.-Vamos al sillón –le dijo ella –Recién me mandó un mensaje que todavía tiene para un rato más –ahora la que mentía era ella.-¡Buenísimo! –festejó Gustavo sonriente.Una vez más frené mi impulso de tomar el teléfono y llamar para terminar con esta locura. Ambos se sentaron en el sillón, él se acercó y ella se fue echando ...
    ... hacia atrás a medida que Gustavo se le acercaba. Con el control de la cámara, cerré un poco el plano. Pude observar la mano de mi amigo acariciando la pierna de mi mujer y subiendo disimuladamente su camisón. Llegó hasta la cintura y pude ver la diminuta tanguita que llevaba puesta. Él también se dio cuenta de ello y se detuvo unos segundos a admirarla antes de continuar. María ya estaba recostada por completo sobre el sofá, él siguió levantando el camisón hasta dejar al descubierto sus pechos. Yo me acerqué un poco más al televisor y comencé a deleitarme viendo sus pezones enormes y rosados bien erguidos. Gustavo manoseó esos pechos que tanto deseaba y pellizcó los pezones mientras ella soltaba risitas nerviosas. Giré un instante para servirme otro trago de vino y cuando volví mi atención a la pantalla, él ya se había sacado los pantalones y estaba en calzoncillos sobre mi esposa. Su lengua jugaba y lamía las tetas de ella, viboreaba sobre sus enormes pezones mientras mi mujer se retorcía de placer. Él la aferraba de sus muñecas para impedirle que lo aparte de ella.-¡Ay! No… Basta… Puede venir en cualquier momento –le decía con fingida preocupación –Me estoy excitando y no me gusta… Mirá si viene antes… -su voz se escuchaba entrecortada, mi esposa de verdad se estaba excitando.-Dale, no seas boba… si te gusta –le reprochaba él –Olvidate del boludo de tu esposo, yo vine acá por vos –lo escuchaba decir eso y me daban ganas de salir y cagarlo a trompadas, pero me contenía, yo ...
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