1. Espiando a mi esposa


    Fecha: 17/12/2019, Categorías: Voyerismo Autor: hermanitoc, Fuente: xHamster

    ... también me estaba excitando viéndolos. –Y si llega a entrar, mejor… Así me ve como te lleno de leche. Seguro que le va a gustar al cornudo ese. –dijo con atino.Ella soltó una suave risita fingiendo nervios y se dejó llevar. Él le mordisqueó y lamió las tetas, las chupaba realmente con muchas ganas. María observaba cómo la lengua de Gustavo le acariciaba y humedecía sus pezones grandes y rosados. Los labios de Gustavo fueron recorriendo el cuerpo de mi mujer hasta llegar al cuello de mi esposa quién tiró su cabeza hacia atrás para entregársele por completo, luego llegó hasta su oreja. Yo sabía que ese era un buen lugar para encenderla y excitarla. Ella se resistió un poco, pero la lengua de Gustavo le recorrió la oreja y María se estremeció de placer. Yo la observaba a través del televisor y distinguía nítidamente su excitación. Mi mujer se ofrecía a su amante con sus ojos entrecerrados y dispuesta a que él hiciera lo que quisiese con ella.Hasta que sucedió lo que hasta ahora nunca había ocurrido y desconocía que me pudiese m*****ar. Ella logró zafarse de sus manos y lo corrió suavemente hacia atrás, él volvió a acercarse y la besó. Un beso profundo, largo y húmedo que ella recibió con sus labios abiertos. Podía ver sus lenguas cruzarse y pasearse entre sus bocas, ella estiró sus brazos y lo abrazó e hizo que aquel beso fuese más profundo. Un sudor frío me recorrió la espalda, mi respiración era pesada y mis manos temblaban. Ver ese beso me heló la piel y no podía evitar ...
    ... sentirme el cornudo más idiota del mundo. Le di otro largo sorbo a mi copa de vino para poder escapar de aquel suplicio y hundí mi cabeza entre mis manos. No quería ver. Los oía murmurar y reírse y eso me angustiaba aún más.Cuando levanté la vista, algunos minutos después (o quizás eran segundos, todo transcurría muy lentamente para mi), la situación había cambiado. Ahora era Gustavo el que estaba recostado boca arriba sobre el sillón, ya sin sus calzoncillos y ella estaba arrodillada a sus pies lamiendo y chupando su verga rígida. El cabello rubio de María estaba atado en una coleta y su cabeza se movía de arriba hacia abajo repetidas veces hundiendo aquel miembro en su boca una y otra vez. Podía ver cómo se le inflaban sus mejillas cada vez que esa pija le llenaba la boca. Su lengua jugaba con ella, lo lamía, lo besaba y disfrutaba de su hinchazón y dureza. Él la miraba extaciado y dejaba que mi mujer hiciera lo quisiera con su verga. María lo chupó y masturbó un largo rato sin soltar por un segundo la pija de Gustavo y su mirada iba de la verga hirviendo de él a sus ojos. En ningún momento intentó hacer un contacto visual conmigo ni alguna señal. Nada. Eso me incomodaba aún más.-Decime si no estaría bueno que llegara ahora y nos encontrara así, ¿no? –le dijo él con tono irónico. Ella siguió chupándole la pija sin atender a lo que le decía –No sé, hasta quizás le guste y se sume a nosotros… -continuó diciendo con sorna.-No quisiera averiguarlo –le contestó ella -¿Te falta ...