El lunes pasado
Fecha: 19/12/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: dont343, Fuente: CuentoRelatos
... carrito, con todo lo necesario, nos acercamos al mostrador a pedir paella, para los tres...
... y bacalao con tomate para Félix y para mí; Quique ya había cogido una ensalada, y con eso y la paella, tenía suficiente.
Pero, ¡qué raro! Félix no paraba de hablar.
Demasiado charlatán, diría yo...
... y, todo para convencernos de que, mejor café, que el que yo hago, en ningún sitio.
- ¿Te importa que tomemos el café en casa de Pepe, hijo?
Yo me quedé completamente alucinado… ¡de verdad! Despistáo del todo.
- ¡Espero que a ti tampoco te importe! dijo mirándome.
- ¡Será un placer!, Félix… ¡ya lo sabes!...
... ¿te gusta el café, Quique?
- ¡Bueno!, en casa no suele tomarlo...
... pero seguro que hoy le apetece alguno, ¿verdad, hijo? Y, si quieres tomarte algo más... ¡lo que tú quieras!, ¡eh! Que ya eres mayor de edad.
- ¿Has visto?, dijo Quique, con una sonrisa en la boca y guiñándome un ojo...
- ¡Sí!, ¡sí!... ¡ya, veo!…
... ¡como es tu padre!, ¡eh!…
Así que, cuando terminamos de comer, nos acercamos a casa, a tomar café.
Y como el ascensor estaba estropeado, tuvimos que subir por las escaleras...
Yo, ya estaba muy excitado desde que apareció Quique. Pero, mientras las subíamos, no podía dejar de mirar ese culo. Esos pantaloncitos eran tremendos.
Y yo, que subía detrás de él... ¡imaginaos!
No podía más; la polla me iba a reventar...
... ¡por culpa de ese pantaloncito!, si... que se le pegaba al culo, ¡de una forma!…
- ...
... ¡Bfffff!...
Nada más entrar en mi casa, Félix se acopló en un butacón, que tengo junto a la puerta de salida a la terraza; y tal y como le vi, tuve la impresión de que, incluso, podía quedarse dormido.
Por lo que, enseguida, entré en la cocina a preparar los cafés.
Y, cuando me asomé a la puerta, para preguntarle a Quique, si prefería alguna otra cosa, lo pillé haciéndose un canuto, sentado sobre uno de los brazos de la butaca en la que estaba sentado su padre.
- ¿Si tiene té de rooibos?, Pepe... ¡eso, es lo mío!...
- ¡Si!, pero mezclado con vainilla... ¿te vale?
- ¡Perfecto!…
Y cuando terminé de prepararlo todo, dejé la bandeja de los cafés y el té de Quique, sobre una mesita de latón, maravillosamente trabajada, que compramos en Estambul, mi mujer y yo; hace ya, casi veinte años.
En nuestra luna de miel.
Félix, me miraba con curiosidad, mientras le explicaba a Quique como usar la tacita en la que le había preparado el té; y se reía de mi…
- ¡Tranqui, Pepillo!, que el nene tiene una de esas en casa.
- ¡No le haga caso!, Pepe. Y... ¡muchas gracias!
Le pasó el canuto a su padre; y se levantó…
... cogió su taza, y empezó a mirar mis discos de Jazz.
¡Qué estampa!…
¡Cómo me gusta mirarle!
Sentí que Félix me tocaba en el brazo. Y, al mirar, para ver lo que quería, me encontré con el canuto en las narices; y ya estaba casi matáo.
Así que, levanté la mirada, con cierta sorna…
- ¡Joooder!... pues, ¡toma, coño!, ¡hazte, tu otro!; y se ...