Mis compañeros me convirtieron en Camila (III)
Fecha: 20/12/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: camitv, Fuente: CuentoRelatos
... terminar, mi celular volvió a vibrar, un nuevo mensaje de Ricardo me indicaba que tenía que volver al baño, quizás para ser presa de una nueva humillación. Tome mi mochila y despacio camine a mi matadero. Al llegar solo se encontraban Manuel y Ricardo
—en fin, ya llego la nena, te dejo, nos vemos mañana Manuel no se te olvide la cita que tenemos mañana
Ricardo salió del baño dejándome a solas con Manuel.
—bien princesa cámbiate que tenemos poco tiempo en 15 minutos vienen a recogernos
—¿a dónde vamos?
—tu sígueme, créeme, todo esto es por ti princesa.
Con un poco de sorpresa procedí a cambiarme, con el papel de baño y un poco de gel me limpie las líneas de semen seco que habían quedado en mis piernas. En ese instante Manuel comenzó a tocar a la puerta.
—¿estas lista princesa o vas a tardarte a un mas? el chofer ya está en la entrada.
Salí, Manuel tomo mi mochila y me abrazo, salimos de allí y caminamos en dirección al portón principal, me abrace a Manuel para no caer; una cosa era vestirme de chica en el baño y estar a salvo de todas las miradas, pero a mitad del colegio, con todas esas personas que me conocían era muy distinto, demasiado. Sentí como las piernas me temblaban y como poco a poco mi garganta se iba resecando, pensé que comenzaría a sudar pero estaba helada, mi corazón latía con muchísima fuerza y sentía que de un momento a otro iba a salírseme del pecho, comencé a respirar con dificultad, la cabeza me daba vueltas. Di un par de pasos y ...
... sentí que mi cuerpo no respondía, cuando volví a darme cuenta de lo que sucedía, Manuel cerraba la puerta del carro, no pude mas, una lagrima fue el comienzo y de pronto me vi llorando con fuerza. Creo que escuche a Manuel decirle al chofer que nos fuéramos y alguna cosa más, luego me abrazo y comenzó a consolarme, sentí como me recargaba en su pecho y llore con más fuerza, sentí sus brazos rodearme y decirme que estaba bien que no tenia de que preocuparme, me consoló a si por un rato luego me tomo de la barbilla y me vio directo a los ojos, diciéndome que me calmara que ya todo estaba bien, me paso un pañuelo desechable y me limpio las lagrimas. No sabía porque pero el miedo había desaparecido.
El auto se detuvo. Bajamos para encontrarme frente a una clínica privada, Manuel me tomo de la mano y me llevo con él hasta el tercer piso, allí se acerco a una enfermera.
—¿el doctor ya llego?
-—¡claro! Te está esperando.
Nos hizo una seña y al seguimos hasta un consultorio, nos abrió la puerta y la vi desaparecer. Al entrar vi a un hombre de unos 50 años revisando unos papeles.
—¡Manuel! ¡Bienvenido! ¡Que gusto el verte! ¿Cómo está tu papa? Me imagino que también como siempre ¿y supongo que esta es la señorita de la que me hablaste? Siéntense
—gracias doctor
—¿y cómo te llamas corazón?
—lo…. Camila, doctor
—nerviosa no te preocupes corazón estas en buenas manos. Ahora pasa de aquel lado y desvístete.
Voltee a ver Manuel con miedo, no sabía qué hacer, si ...