1. Un fin de semana


    Fecha: 24/12/2019, Categorías: Transexuales Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    El día no había empezado bien. Habíamos estado discutiendo con mi esposa, algo que se venía repitiendo ahora más seguido desde que ella había empezado nuevamente a trabajar, tenemos dos lindos hijos, una parejita, la nena de 8 y el chico de 10, y por lo tanto ya no requerían de la compañía constante de su madre. Ella retomo volvió a ejercer como enfermera. Estaba en mi oficina con la mirada perdida en la pantalla del computador, cuando entro un compañero de trabajo diciéndome que nos requería el director. Fuimos a la reunión y nos informó que deberíamos trasladarnos a una ciudad intermedia a unas 4 horas de distancia, yo me quedaría allí y mi compañero seguiría a otra población cercana. Fui a mi casa a hacer mi maleta, tardaría unos cinco días el viaje, incluido el fin de semana, ya sabía que esto ocasionaría un nuevo encuentro con mi mujer, mientras ella llegaba y organizaba mis cosas recordaba lo que había sido mi vida. Desde adolescente sabía que era poco afortunado con el tamaño de mis genitales, no crecieron como los de todos mis amigos, mi verga solo alcanzó los 5 cm erecta, aunque algo gordita, entonces intente compensar eso con el deporte, primero la natación y a los 16 me empezó a gustar el gimnasio, con lo que logre un buen cuerpo, buenos pectorales y mis nalgas se pusieron más grandes y duras, me daba cuenta que me ganaba una que otra mirada. Era un chico normal, me salió poco vello en el cuerpo, y en el gym era frecuente ver cuerpos depilados, así que tome esa ...
    ... opción, solo deje los vellos del pubis. No era ni feo ni demasiado guapo, como dije normal. En la cara si me salió vello, y me dejaba la barba candado que ayudaba a mejorar mi apariencia dándome un aspecto más varonil. Llego mi mujer y le dije lo del viaje, contrario a lo que esperaba, se lo tomo muy bien. Espere a mi compañero en la terminal de transporte, me entretenía viendo a los conductores y ayudantes haciendo su trabajo, bromeando entre ellos, hombres grandes, fuertes, que siempre me habían llamado la atención, llego mi compañero y subimos al bus que nos llevaría, yo me senté al lado de la ventanilla para seguir viendo lo que pasaba fuera. Subió el conductor, dio una mirada a ver cuántos pasajeros tenia, un hombre moreno de unos 45 años de pelo ondulado, con un hermoso bigote, y así empezó el viaje, yo estaba pendiente del conductor, de sus movimientos precisos en el manejo, de vez en cuando miraba por el retrovisor asegurándose de que todo fuera bien, nuestras miradas empezaron a encontrarse en el espejo. Llegamos a nuestro destino, se iban quedando algunas personas en el camino, le daban las gracias, el quedaba en silencio, atento a que descendieran del vehículo y continuaba la marcha. Llegamos a la terminal de la población, mi compañero salió adelante y yo le seguía, el dio las gracias y bajo, yo igual agradecí y me disponía a bajar cuando me respondió “siempre a la orden” me sorprendí porque no le contestaba a nadie, lo volteé a mirar y me guiño el ojo con una hermosa ...
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