1. no amamos y sin pensarlo estuvimos en un trio


    Fecha: 27/12/2019, Categorías: Intercambios Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Somos una pareja con doce años de convivencia, que nos amamos y nos deseamos como hace veinticinco años, cuando por primera vez nos besamos, por lo que se entiende que durante más de trece años hemos sido amantes. - En ese período en que no vivíamos juntos, sufrimos hasta el extremo de hacer cualquier cosa por vernos, estar juntos y aunque sólo sea para sentir la piel de nuestras manos. En el plano íntimo compatibilizamos desde nuestro primer encuentro sexual y cada vez que hacemos el amor, entonces como ahora, es un goce que no tiene manera de explicarlo con palabras, conocemos todas las posiciones, y cada acabada, cada orgasmo o cada eyaculación es el goce tan inmenso que solamente nosotros entendemos y disfrutamos. Lo único que hoy ha cambiado es que cuando llega el momento tope de hacer el amor, hoy sentimos que dentro de un rato, mañana, pasado, seguiremos juntos; en cambio en aquellos años al llegar a esa instancia era como que se terminaba el mundo; en mi caso sentía angustia apenas percibía que salía de mi pene la última gota de leche y para la hoy mi esposa ese sentimiento aparecía cuando sentía que perdía rigidez mi miembro, porque todo indicada que momentos mas tarde debíamos separarnos. Cuando éramos amantes cualquier lugar era bueno para hacer el amor, la oficina de Chechu (mi esposa), la mía; un pasillo, un baño de cada uno de nuestros lugares de trabajo, la oficina de alguno de nuestros compañeros, en el auto, en la camioneta, en el campo, a la orilla de un ...
    ... río o del mar, a la vera de una ruta, en caminos vecinales, en el medio de un trigal, y desde que estamos conviviendo no hay lugar de la casa donde no hayamos cogido con todo nuestro fervor: nuestra cama matrimonial, el piso de nuestro dormitorio, cada una de las sillas que hay en el comedor y en la cocina, en el baño, sentados en el inodoro, parados bajo la ducha, en la bañera (con la suerte de no habernos caído nunca), en el patio de nuestra casa, a la luz de la luna, en la piscina, y a menudo, cuando sabemos que nadie nos va a molestar, mi esposa se sienta en la mesa de la cocina, meto mi lengua entre sus piernas lamiendo suavemente labios, clítoris y vagina hasta que cuando la calentura se torna insoportable, me paro, la penetro, me abraza con sus piernas y cogemos lentamente sin importarnos la hora porque no importante es que nos deseamos, nos amamos y deliramos de placer en cada encuentro íntimo. Somos grandes, los dos somos abuelos, nietos pequeños ambos. Mi esposa Chechu, es de figura delgada, hermosas y armoniosas tetas que apenas las rozo en una caricia, se endurecen desde el pecho hasta los inigualables pezones que diariamente chupo haciéndolos crecer a punto que siempre recordamos lo pequeños que eran cuando por primera vez los chupé y acaricié; tiene un culo que a mi juicio es el mejor formado de la región, a punto tal que muchas mujeres se lo elogian y envidian, como muestra de lo que opinan sus congéneres cuento que en una oportunidad una mujer madura se quedó ...
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