Borracha no Vale...!!!
Fecha: 28/12/2019,
Categorías:
Zoofilia
Autor: Key-Q, Fuente: SexoSinTabues
En la celebración de mis 18 años mis padres me dieron permiso y prestaron la casa para hacer una fiesta festejándome como correspondía mi mayoría de edad. En cuyo acontecimiento ellos no estuvieron para otorgarme mayor libertad pero con las consabidas responsabilidades. Invité a primos, amigos y compañeros de la secundaria, estando entre ellos quien me interesaba y pretendía esa noche tener algo con él. No había planeado nada ni tenía idea de cómo lo haría, pero mis siniestras intenciones era tener sexo esa noche y si no era con él, no me negaba a la idea que fuera con otro, ya no podía continuar siendo virgen y ajusticiándome solo por mi propia mano o con uno que otro objeto cilíndrico. Si bien no tenía definido el candidato, ya había comprado condones y me fui a poner una inyección para no quedar embarazada. Llegó el gran día y estaba todo dispuesto, buena música, variedad de tragos, luces de discoteca y mi cuarto previamente aromatizado con los mejores inciensos para dicha ocasión. Los invitados comenzaron a llegar a la hora que les había indicado, todos con regalos que era lo que menos me importaba y el compañero al que pretendía lo hizo cerca de una hora después. Desarrollándose todo en completa normalidad hasta que observé a una prima que estaba conversando con él y ya llevaba mucho rato en ello, ambos se miraban de una forma especial y me tomé un par de tragos uno tras otro para darme valor e ir a insinuármele, tratando de evitar que enganchara con mi prima y perder ...
... yo mi oportunidad. Logré desviar su atención, pero no en forma positiva sino que cuando varios se reían porque mi perro estaba tratando de aparearse con una de mis piernas. Al parecer mi mascota percibió lo receptiva que yo andaba y las hormonas que fluían de mi sexo, haciéndome pasar esa vergüenza que traté pasara por desapercibida poniéndome a bailar, pero entendí que eso mataba todas mis intenciones para con él, retirándome de donde ellos y dejándole el camino libre a mi prima. Luego fui a probar suerte con un amigo que también es bien parecido y resultaba ser una muy buena alternativa, para lo cual me tomé un par de tragos más y nuevamente mi perro me hizo su gracia, pero esta vez fue en un pasillo de la casa y solo mi amigo rompió en carcajadas mientras el animal no soltaba mi pierna, pretendía en el mismo momento hacerle la propuesta indecente, pero tuve que salir al salón principal porque me estaban llamando para abrir los regalos. Una vez ahí, no faltó entre los obsequios el típico par de cola-less (calzón hilo dental) en colores de Barbie que mostré muy atrevidamente haciéndolos girar en mi índice derecho mientras gritaba guaaaaaauuu y movía mi cadera, pero lo que si me hizo ruborizar fue un consolador de aparente buen tamaño y color rosado, según se veía en su caja y cuyo envoltorio no tenía nombre, pero me era evidente de quién venía, mi amiga íntima que sabía lo de mi virginidad, dicho regalo obviamente no lo saqué de su caja y lo guardé rápidamente entre los otros ...