Borracha no Vale...!!!
Fecha: 28/12/2019,
Categorías:
Zoofilia
Autor: Key-Q, Fuente: SexoSinTabues
... que ya había desenvuelto causando una pifia generalizada entre mis invitados. Ya me sentía bastante mareada y solo continué tomando cerveza en lata, las cuales había por doquier y luego de un rato perdí la cuenta de cuantas llevaba. Solo recuerdo haber estado bailando en el salón con mi perro agarrado a mi pierna e imágenes entre-cortadas de estar tirada en un sillón, otras vomitando y también despidiendo a algunos invitados que se iban yendo, pero en todas ellas con una lata de cerveza en mi mano, al parecer que no paré en ningún momento de beber. Al día siguiente desperté muy contenta cerca del medio día, desnuda de la cintura para abajo con mi cama muy mojada y mi vagina también. Era una sensación de felicidad e incertidumbre, pues sabía que había hecho el amor pero no recordaba con quien, la puerta de mi habitación estaba cerrada por dentro pues la perilla del seguro estaba en la vertical. Miré el entorno y solo mi perro estaba echado en un rincón, lo que en cierto modo me asustó e instintivamente me pasé la mano por la vagina, y junto con los restos de fluidos salieron algunos pelos de mi mascota. Quedé atónita pensando que me había dejado montar por mi perro. Y en mi mente me negaba a creerlo pensando que se podía tratar de las típicas pesadas bromas que le hacen a los borrachos cuando pierden la conciencia, probablemente me lo hicieron entre varios, me echaron pelos de mi perro en la entrepierna y me encerraron en mi dormitorio con él ¿pero cómo cerraron por dentro? ...
... me preguntaba. Una vaga idea o imagen de mi perro haciéndome un sexo oral daba vueltas en mi cabeza y tomé mi celular tratando de buscar alguna evidencia en él. E inmensa sorpresa que me llevé al encontrarme con un video en que ya estaba sola en casa, me iba a mi cuarto sacando de su caja el consolador (dildo) y me enfocaba masturbándome con él, cuando de pronto llega mi perro y me empieza a lamer en plena inserción del aparato, el que luego saqué de mi vulva para darle espacio a su lengua, la que me hacía bramar de placer e imagino pronto me hizo venirme (acabar) pues me tiritaban las piernas y mis chillidos eran muy cortitos y agudos. Pero luego mi perro comenzó nuevamente a montarse en mi muslo y yo con voz de ebria le preguntaba si en verdad quería montarme, si creía que era capaz de hacerme realmente suya, a lo que el animal respondió moviendo la cola. Y nuevamente con voz traposa le dije ¡veamos si te la puedes!, dándome vuelta en la cama y poniéndome a cuatro patas lo invité a subirse. Lo que el perro obviamente hizo e intentó montarme en el acto, pero no acertaba y quedé enfocándolo por sobre mi hombro hasta el tercer intento, en que se me soltó el teléfono y quedó apuntando al cielo de mi habitación, escuchándose pronto mis semi-ronquidos o respiración de dormida. Pero por lo que se escuchaba el perro seguía y seguía tratando, cuando de repente se oyó un SHLACL, SHLACL, SHLACL, SHLACL, que me hizo respirar profundo y comenzar a gemir continuo hasta que se acabó la ...