Pefil bajo
Fecha: 15/09/2017,
Categorías:
Confesiones
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... un intercambio de besos en ambas mejillas le dan un aire europeo a este inesperado encuentro.
- ¿Cuándo llegaste?
Llegué esta madrugada y tras el vuelo, me di una ducha y me tiré a dormir.
- Qué hermosa sorpresa, me da mucha alegría verte aquí.
Ja ja ja, igual que a mi, Lidia; tenía muchas ansias de verte.
- ¿De verdad? La distancia hace que yo sienta que son solo arrebatos tuyos y que al instante me olvidas.
Para nada; cada charla contigo ha sido siempre una emoción distinta y fresca, Anoche me dormí pensando la manera de llamarte sin que nadie supiera, quería sorprenderte y robarte un momento para mí. Resulta que la sorpresa me la llevé yo, todo tu personal ocupado por allí afuera.
- Así es; Segundo salió ayer, ha ido a ver un contrato en Puerto Rico y además asistirá a una Seminario de actualización, estará de regreso este Domingo.
Qué bien por él… y por ti.
- ¿Por mí? Al contrario, eso implica quedarme presa en esta oficina; no tengo tiempo para nada. Al regresar a casa, debo de cocinar para la familia, me traigo mi propia comida a la oficina, los fines de semana enseño Mukimono a unos alumnos. Mientras Lidia habla con Pepe, le sirve una limonada helada, lo que la visita agradece.
Pobre, debes de estar estresada mi querida gatita
- La verdad que sí, Pepe; ¿sabes? a veces deseo escapar de aquí, salir de esta rutina que no cambia, Segundo es el Director de esta compañía, pero yo soy todo el soporte y aún así, mantengo un perfil bajo. ...
... Deseo olvidarme de mis interminables obligaciones y ser un poco más egoísta, pensar solo en mí, pero….no puedo.
Mientras hablan, Pepe y Lidia no dejan de mirarse fijamente a los ojos, Pepe ha tomado la mano de Lidia, quien se siente rara por ese gesto, mira instintivamente a la puerta cuidándose de la llegada de algún empleado de la oficina, pero termina cediendo ante el encanto de aquel atrevimiento de Pepe.
- ¿Te sirvo más limonada?
Humm, no sé, ¿qué bebías tú?, pregunta Pepe, mirando el vaso sobre la mesita de centro.
- Té helado, solo té
No te preocupes, compartimos ese té; Pepe coge el vaso de Lidia, le da un sorbo y acerca el vaso a Lidia; coloca el sorbete sobre sus labios recién pintados, las miradas de ellos se entrecruzan; nerviosamente ella le da un nervioso y fugaz sorbo al té, con su lengua aprisiona el sorbete contra sus dientes; en esos momentos se genera un chispazo en el ambiente.
Pepe se reclina y besa la mejilla de Lidia, ella no sabe qué hacer; solo sabe que un calor delicioso ha estremecido todo su cuerpo; cierra los ojos.
Pepe se acerca y murmulla cosas que Lidia no entiende, pero que erizan su cuerpo desde aquel pallar de su oreja, atrapado ahora por los labios del visitante, hasta la última vertebra de su espalda.
Lidia libera bruscamente el sorbete y eso provoca un pequeño salpicón de té sobre su cara y pecho, entonces se separa bruscamente de su visitante Pepe saca un pañuelo, se arrodilla y con mucha delicadeza seca el pecho de ...