Orgia con mi suegra y esposa
Fecha: 30/12/2019,
Categorías:
Grandes Series,
Autor: Cabrera1993, Fuente: CuentoRelatos
Anoche llegó de sorpresa a mi casa mi suegra Silvina, el motivo era que se había peleado con el marido y este, la había echado. Mi señora salió urgentemente a consolarla, mi suegra pidió quedarse a dormir esa noche en mi casa, porque no tenía a donde ir.
Ante ese pedido mi señora le arregló el cuarto vecino al nuestro, le preparó la cama para que ella durmiera, mientras tanto, yo me fui a acostar de nuevo, ya que al día siguiente tenía que levantarme temprano, a las ocho de la mañana, para ir a trabajar en una construcción que es donde yo estaba empleado.
Mi señora, cuando regresó a nuestro dormitorio estaba contenta porque había logrado tranquilizar a su madre, y la había dejado dormida.
A los 30 minutos sentimos que alguien tocaba la puerta de nuestro cuarto, mi señora se levantó, para ver quién era y se vio que era la madre, la cual, en medio de lágrimas, le explicaba que no podía dormir sola, ante esa situación mi esposa me pidió autorización para que su madre durmiera junto con nosotros en nuestra cama.
Yo acepte ese pedido ante el rostro compungido que tenía mi suegra Silvina, a los veinte minutos de haber comenzado a dormir, sentí que mi suegra se levantaba de la cama, para ir al baño, ella estaba durmiendo sobre uno de los costados de la cama, al lado de su hija, yo estaba en el otro costado, bien que se puso de pie y a medida que se dirigía a la puerta yo le miraba de reojo su bombacha negra, a medida que daba los pasos podía ver como una parte de esta ...
... entraba dentro de su culo, hasta tenía la sensación que sus glúteos bien formados y parejos tenían un pulmón propio para respirar.
Ella no cerró la puerta del dormitorio y se fue al baño, allí tampoco cerró la puerta, por lo cual yo desde mi posición en la cama, ya con el silencio de la noche, pude sentir el chorro de orina que ella lanzaba en el inodoro.
Yo en ese momento sentí que mi pene estaba comenzando a endurecerse con toda la fantasía que me hacía en la cabeza, en una fracción de segundos, decidí levantarme de la cama, muy despacio por supuesto, para que mi señora no se despertara, y en punta de pies salí del dormitorio en dirección al baño, aprovechando que la puerta del baño estaba ligeramente entre abierta, me puse a espiar que hacia mi suegra, ella estaba sentada en el inodoro, su bombacha negra que tenía hermosos bordados y dibujos, estaba cinco centímetros por debajo de sus rodillas, yo no di más y entré, cerré tras de mi la puerta del baño con llave. Doña Silvina, ante esa actitud mía, se puso de pie, pidiéndome que saliera de ahí, yo no le di tiempo de nada, atrape su mano derecha y a la fuerza se la hice introducir dentro de mi calzoncillo, a medida que sus dedos iban tocando mi pene y mis testículos, su rebeldía se desvanecía aceleradamente, ella me dijo que aquello no podía ser, porque ella era la madre de mi señora.
Para convencerla empecé a besarle el cuello con pasión, luego ella se sacó su porta senos y dejó libre sus pechos jugosos a merced de ...