Las hermanastras (Parte II)
Fecha: 04/01/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos
Esteban le respondió a Pedro, en bajito:
-Sí. No esperaba esto de mi madre. Temerosa de Dios... Comedianta
-Ni yo lo esperaba de la mía, pero así es la vida.
-La verdad es que la vida da unas sorpresas...
Pedro, que era un mocetón, moreno, alto, de ojos negros, ancho de espalda y estrecho de culo, quiso defenderlas:
-Llevan mucho tiempo sin sexo.
Esteban, que era delgado, de ojos azules, estatura mediana, moreno... guapo, muy guapo, no estaba de acuerdo con su primo.
-Más llevamos nosotros.
-Porque tú quieres.
Esteban y Pedro se miraron. Sus labios se fueron acercando y se dieron un beso largo y dulce. De repente, Esteban, se separó de Pedro, y le dijo:
-¿Qué haces? Yo no soy maricón.
Pedro quedó cortado.
-Debió ser por el calentón de saber que tu madre se lo estaba montando con la mía.
-Seguro que la sedujo tu madre.
-Me da a mí que fue la tuya la que sedujo a la mía.
-Claro, como la tuya es una santa... santa come coños.
-Qué más da quien sedujo a quien. ¿Dónde vamos a dormir? Mi habitación está ocupada.
-Yo me voy para mi casa. Tú duerme donde quieras.
-Podíamos dormir en tu casa.
-¡Ni harto de vino te llevaría a mi casa!
-¿Tienes miedo a que te folle el culo y te guste?
-A que te hostio.
-Mejor vuelve a besarme.
-¿Desde cuándo eres maricón, Pedro?
-Desde que me besaste
-Me besaste tú a mí.
-No, me besaste tú a mí y te gustó
-No, no me gustó.
-¿Y por qué me chupaste la lengua si no te ...
... gustaba?
-Que te den.
-Algún día nos daremos.
-Sueña.
Esteban, se marchó. Pedro siguió escuchando los gemidos de su madre y de su tía, que tan en su mundo estaban que no escuchaban más que la voz de la pasión. A Pedro, que como su primo, aún era virgen, la polla le quería romper el pantalón...
Como si nada oyera, entró en su habitación y encendió la luz. Jerónima. Que estaba encima de Alpidia poniéndole el coño en la boca, se tapó las tremendas tetas con las manos.
Pedro, se hizo el borracho:
-¿Andas a por uuuvas, mamá?
Alpidia, al oír la voz de Pedro, dejó de mamar. Jerónima, se bajó. Se taparon con una sábana. Pedro sacó la polla, empalmada, 20 centímetros y gorda, y con ella en la mano, le dijo:
-Diles que se deeestapen que quieres verlas.
Jerónima le preguntó a su hijo:
-¿Estás borracho, Pedro?
-Borracho y con gaaanas de que me desvirguen.
Se echó boca arriba en la cama y les dijo:
-Desnudaaaarme.
-Mejor será que duermas la borrachera, hijo.
-Desnudarme y follarme o mañana saaaabe toda la aldea que sois toooortilleras.
-Alpidia, le dijo:
-¡No te atreverás!
-De voooosotras depende.
-¿No querrás follar a tu madre, hijo?
-Nooooo. Quiero que me foooolle ella a mí.
-Estás loco.
-Y vosooootras estáis cachoooondísimas. Desnudarme o salgo a la caaaalle gritando lo que vi.
Las hermanastras desnudaron a Pedro.
-Mamada, quiero una maaaamada.
La madre y la tía se la mamaron y poco a poco se fueron encendiendo. ...