1. UNA LINDA HISTORIA 6


    Fecha: 05/01/2020, Categorías: Incesto Autor: memito, Fuente: SexoSinTabues

    ... con su ropa, pero no puede. Me mira, asustado, su erección se ha esfumado. ― Tengo el hombro dislocado, una fisura en el cubito del otro brazo y tres costillas astilladas. ¿Me ayudas? Meto todo eso rápidamente y, además, el portátil. Noto que me está mirando, los brazos afirmados sobre su pecho. Necesito confiarle más. ― Mira, Eric, siento haberte machacado tanto. Perdí la cabeza cuando te escuché amenazar a mi hermana. De otra forma, no te hubiera hecho daño nunca. A un chico tan guapo, jamás. La verdad es que no he podido dormir en estos dos días. Se me venía a la cabeza tus ojos llenos de miedo… Me estaba excitando al contarle todo esto, extraño. ¿Seré bisexual yo también o bien es que disfruto controlándole? El caso es que mi polla se está quejando del encierro. Es extraño, nunca me ha gustado un tío. Ahora, no es el momento para pensar en eso, me recrimino. Eric pierde esa expresión de perro apaleado, e incluso me sonríe un poco. Pero no le dejo pensar. Le saco de la casa, llevándole por el cuello. Es como un muñeco en mis manos. Atravesamos el bosque hasta la camioneta, a paso vivo. Le hago conducir, con mi machete apoyado en su entrepierna. Conduce hasta el cercano pueblecito, Seíra, 141 habitantes. La leche, vamos. Menos mal, hay una gasolinera. Mientras relleno el tanque, Eric usa el wifi para conectarse con su portátil. Sobre el capó, le obligo a borrar todos los archivos que tiene almacenados. Al menos cuarenta. Le empujo de regreso a la camioneta, a ponerse al ...
    ... volante. ― ¿Y ahora? ¿Me dejas marchar? ― ¿Me juras que te vas a ir del país? ― De verdad, te lo juro. La verdad es que no sirvo para esto. ― Bien. Te creo – ya no tengo el machete en la mano. Me sonríe, más confiado. – Vamos a hacer una cosa. Conduce tú hasta un sitio apartado, donde te pueda dejar. Regresaras andando. Así me dará tiempo a quitarme de en medio. ― Claro, pero de verdad, no voy a hacer nada – su tono es casi amistoso. ― Mejor porque no me gustaría que me decepcionaras. Creo que eres un buen tío, algo equivocado, pero con sentimientos. ― Te lo juro, tío. Ya he aprendido la lección. Me iré en cuanto saqué la pasta que tengo en el banco. Eric se mete por un camino vecinal. ― Tío, no sabes cuanto sentí pegarte. Eres toda una dulzura – aunque no fuera cierto, en este momento no le tengo demasiada tirria. ― Joder, ojala nos hubiéramos conocido de otra forma. También me gustas un montón – se confiesa él, deteniendo la camioneta en mitad del camino. Se inclina sobre mí y me besa delicadamente. Saboreo los labios masculinos. En Eric, no hay apenas diferencia con una chica. Le agarro de la nuca y le doy un buen morreo. Nos apartamos jadeando. ― ¡Tío, bestial! – exclama. ― Me gustaría probar esos labios en otra parte del cuerpo – le digo. ― Te la puedo mamar aquí, en el coche – susurra, inclinándose de nuevo sobre mis labios. ― ¿Tú crees que puedes mamar esta dulzura dentro de un coche? – le digo, desabrochando mi pantalón y sacando la polla. Se queda sin palabras. La mira ...