1. UNA LINDA HISTORIA 6


    Fecha: 05/01/2020, Categorías: Incesto Autor: memito, Fuente: SexoSinTabues

    ... casa, buscando un sitio para colarme y no dejar huellas. Bien, la puerta del garaje no se ha cerrado del todo, sin duda al sacar el utilitario. Entro en la casa. Escucho. Nada. Marcó el número de móvil que la señora Paula me ha dado. Suena al fondo del pasillo. ¡Eric está aqui! Corto la llamada. Dejo pasar diez minutos para que vuelva a dormirse y me meto en su habitación. Le encuentro roncando, con un brazo en cabestrillo y el otro vendado. También tiene el torso vendado, bajo la camiseta. Si que le he hecho pupa. A pesar de eso, parece un angelito durmiendo. El cabrón es muy guapo. Le despierto suavemente, colocando la punta del machete sobre uno de sus ojos. Se queda muy quieto, balbuceando preguntas. Le sonrío. ― Hola – le susurro. -- ¿Me echabas de menos? Cógele la polla. No entiendo lo que me quiere decir Rasputín. Tienes que controlarle. Con alguien tan asustado, no sirve de nada la sugestión, ni la hipnosis, ni nada de eso. ¡Piensa! Si no ve salida alguna, puede no decirte la verdad, o hacer una locura. Tienes que darle siempre una salida para que haga lo que tú quieras. El viejo Rasputín parece saber de estas cosas. Sabemos que es homosexual. “Bisexual. ” ¡Lo que sea! Si le acaricias sexualmente, creerá que él te gusta, que puede recuperar el control y disponer de una oportunidad de salvar su vida. Muy listo. Meto mi mano bajo las mantas y le sobo la polla. La tiene empalmada, a pesar del miedo, y no es muy grande. Respinga al no esperar la caricia. ― Pensaba ...
    ... matarte para que no me denunciaras, ni usaras lo que tienes de mi hermana, pero, al verte así, dormidito, no sé… eres demasiado guapo. No puedo matarte – le susurro. ― No… me mates – suplica. -- ¿Cómo me has encontrado? ― Soy un sabueso – ironizo, apretándole los huevos. ― Haré lo que tú quieras… todo lo que quieras – se ofrece. ― ¿Quién hay en la casa? ― Mis padres. ― ¿Alguien más? ¿Criada, algún hermano? ― No. ¡Ouch! – le he vuelto a apretar. -- ¡Lo juro! ― ¿Dónde tienes los archivos de todas las chicas? ― En mi casa, en Madrid. Mentira. Son su garantía. No los dejaría solos. Le pincho en una ceja. Salta una gota de sangre. ― ¡Está bien! Están en un servidor seguro, a la espera de que los desencripte si son necesarios – confiesa. ― Entonces, podrás borrarlos online. ― Si, pero aquí no hay Internet. ― Está bien. Levántate y haz la maleta. Te vienes conmigo. ― ¿La maleta? ¿Por qué? ― Porque vas a hacer un viajito. No me fío de dejarte atrás. Se te pueden ocurrir muchas cosas raras. ― ¡No haré nada! ¡Lo juro! ― He pensado que mejor compras un pasaje a… no sé, ¿Río de Janeiro? Te puedes pegar una buena vida allí. ― Si, si… -- acaba comprendiendo, con alivio. ― Y no volverás jamás. Así ganaremos todos, tú, yo, las chicas que extorsionas, y hasta tus pobres padres… ― Eso haré. No quiero problemas – sin embargo, seguía empalmado, con mi mano en su polla. La verdad es que no me desagradaba el tacto. Le dejo que se levante. Eric, con un gemido de dolor, atrapa un petate e intenta llenarlo ...
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