1. Mi tía Lucia. Madura complaciente ( III )


    Fecha: 06/01/2020, Categorías: Sexo con Maduras Autor: cartuz, Fuente: RelatosEróticos

    ... y si no me dijo pegando morbosamente su boca a mi oído… “nos hartamos a follar tú y yo”. Nos besamos… y antes de irme mi tía me dijo…
    
    -Hace un mes me cuentan esto y no me lo creo.
    
    - ¿El qué?
    
    -Yo con mi sobrino seduciendo a una amiga mía para follarla.
    
    - ¿Es que no te gusto nunca tu amiga?
    
    -Desde que la conocí, pero siempre fue tan tajante con las relaciones sexuales y más con mujeres, que todavía no lo tengo muy claro.
    
    Me di la vuelta riéndome y haciéndole gesto con la mano me fui.
    
    Comimos en la terraza en la mesa cuadrada pequeña, la comida estaba entretenida, nos reíamos, hablábamos de todo en general, pero todo en tono jocoso. Yo que iba con chancletas, me quite una y lleve mi pie hacia Susana, ella cuando lo noto, me miró fijamente, yo creo que mi tía se dio cuenta y se hizo la tonta.
    
    Susana me miraba y me hacía gestos con los ojos. Como diciéndome… para ya. Lucia pregunto si la pasaba algo, ella dijo que nada. Pase de rozarle su pie, su tobillo a subir mi pie más arriba, ella automáticamente cerró las piernas, pero yo seguí forzando hasta que logre llevarla más arriba, pero no donde yo quería.
    
    Con la otra pierna hice una seña a mi tía tocándole su pie. Ella lo entendió y se levantó para ir al servicio. Una vez que se fue…
    
    - ¿Estás loco o qué? Si se da cuenta Lucia se arma la mundial. Como dijiste antes yo no quiero nada de nada y menos contigo. No ves que me comprometes.
    
    -Es fácil… déjame y nadie se dará cuenta.
    
    -Que te he dicho ...
    ... que ¡NO!
    
    -Le diré a mi tía que esta mañana nos hemos morreado.
    
    -No serás capaz.
    
    -Tú decides si te portas bien… no digo nada.
    
    -Di lo que quieras a Lucia, no te creerá.
    
    -Es fácil salir de dudas, si creerá a su amiga o a su “inocente” sobrino y ahijado.
    
    Llego mi tía y se volvió a sentar. Retomamos la conversación y en un momento dado volví a la carga. Ella esta vez coloco mejor sus piernas dificultándome mi avance.
    
    -Tía... (Dije con voz dudosa)
    
    -Dime
    
    -Si te cuento una cosa muy delicada, quedará aquí y no se enterará nadie.
    
    -Claro, dime.
    
    Susana estaba expectante, volví a mover mi pierna y esta vez no encontró ningún obstáculo.
    
    -Bueno, déjamelo que me lo piense bien.
    
    -Como tú digas.
    
    Ahora mi pierna subía donde quería, mi dedo actuaba libre y plácidamente por la entre pierna de Susana. Poco a poco iba notando la humedad en mi dedo, ella estaba, que no sabía qué hacer, pero no se la notaba muy a disgusto. Cuando más entregada la note, a pesar de su pose fingida de disgusto, quite mi pie y pare. Esta vez la cara era de sorpresa de no entender.
    
    Acabada la comida, mi tía se levantó a por un licor de hierbas, que tomaba siempre después de comer. Cuando nos quedamos solos Susana me dijo que gracias por parar, que la alegraba ver que me había dado cuenta de que no estaba bien. Yo no hice ningún comentario, solo miré fijamente a sus ojos y sonreí.
    
    Cuando mi tía quiso ponerle una copita del licor, Susana rápidamente puso la mano en la copa, ...
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