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El capataz y el señorito 4
Fecha: 06/01/2020, Categorías: Gays Autor: dante1802, Fuente: SexoSinTabues
... sujeto al señorito acercándolo más a su cuerpo. Juancho: señorito, usté no puede irse porque yo lo quiero. Ricardo abrió más sus ojos azules al escuchar la confesión de su amigo, ya sospechaba de sus sentimientos, pero creyó que nunca sería capaz de decírselo. Juancho también estaba sorprendido de por fin decirle a Ricardo lo que sentía y sin esperar más besó al señorito en los labios, probando por primera vez la dulce boca de ese chico que deseaba desde que eran niños. El rubio no salía de su asombro al sentir los labios morenos pegados junto a los suyos y esa lengua queriendo abrirse paso en la cavidad de él. Ricardo sentía el calor del cuerpo del muchacho y no pudo más que dejarse llevar hasta que el recuerdo de los besos violentos de Bruno lo hicieron apartarse de Juancho. Ricardo: Juancho cómo te atreves. yo soy tu patrón y. Juancho: discúlpeme señorito, pero no pude aguantarme más. yo tenía que decírselo aunque usté me eche de la hacienda, pero yo lo quiero, desde que éramos chamacos yo lo quiero y no me importa nada, por eso no me importó mancharme estas manos de sangre, por usté señorito. solo por usté. Ricardo: Juancho por favor no digas más. Juancho: lo siento patrón, pero tenía que hacerlo, si quiere correrme ahora, hágalo. Y ante el silencio de Ricardo, Juancho decidió regresar a la hacienda. Ricardo se sentó para continuar observando el río y luego subió a su caballo para galopar. mientras lo hacía pensaba en ese joven capataz que conocía desde niño y que se ...
... había convertido en un hombre muy atractivo, musculoso y varonil. ese hombre lo había salvado de los chantajes de Bruno y a pesar de que sabía lo que le había pasado, él estaba ahí declarando su amor. Ricardo se preguntó por un momento si Juancho podría hacerle olvidar las caricias salvajes de Bruno, ¿podría ese humilde capataz ser lo que él necesitaba para olvidar? La noche cayó en la hacienda y en las caballerizas Juancho se encontraba dando de comer a su caballo, aunque él ya no era el encargado de hacerlo, le gustaba tener ese acercamiento con su equino. el joven capataz se sentía cansado después de un día duro de trabajo y decidió dejar todo para ir a bañarse, pues se encontraba sudado por el calor y con la camisa semi abierta para refrescar su amplio pecho. Ricardo entró a la caballeriza y vio a Juancho observándolo con otros ojos, por primera vez dejaba de verlo como un amigo y lo veía como un hombre. Juancho: señorito yo. Ricardo: Juancho, dime una cosa. tú de verdad me quieres sin importar lo que Bruno me hizo. Juancho: señorito, ese desgraciado se aprovechó de usté. pero usté no tiene la culpa de nada. Ricardo: de cualquier forma, él me marcó de muchas maneras y yo sigo sintiéndome sucio. Juancho: no tiene por qué y si usté me acepta yo me voy a encargar de borrar las marcas de ese maldito. Ricardo alzó la vista hacia Juancho y este que superaba en estatura al señorito sintió como el rubio se acercaba deleitándose con su aroma y un escalofrío recorrió su cuerpo llegando ...