Saliendo del cine
Fecha: 14/01/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: danisampedro91, Fuente: CuentoRelatos
... caliente y desesperado culito.
Se aferró a mis caderas, me hizo inclinar un poco para que mi agujerito quedara es puesto y listo para ser perforado, arrimó su polla a la entrada de mi ano, y nada más colocar la cabeza de su verga, yo mismo empujé mi culo hacia atrás, clavándome su cipote en mi desesperado culito.
¡Ohhh! Gemí al notar como mi esfínter se abría dejando paso a aquel cipote, ¡ooohhh ohhh! Volví a gemir más fuerte al notar como iba entrando en mí.
Dios que gusto, ya me tenía ensartado en su cipote, sintiéndome completamente lleno por su verga haciéndome delirar de gusto.
Empezó a moverse poco a poco, haciendo que su polla se fuese deslizando dentro de mí, haciéndome gemir con cada envestida que me daba. Se apoyó en la pared de la entrada a los aseos, dejándome sin donde poder apoyarme y exhibiéndome a cualquiera que pasara por allí en aquellos momentos. Y es que me estaba dando por el culo delante de la misma fachada de entrada a los aseos.
Poco o nada me importaba en aquellos momentos, si venía alguien y me veía cómo me estaban dando por el culo y siendo empalado por aquel cipote. En aquellos momentos estaba tan pero que tan desesperado y excitado, que nada me importaba más que sentir como me abrían el culo con aquella polla y me follaban dejándome bien preñado el culo.
Cada vez que aquella verga entraba hasta lo más profundo de mi culo, el roce que le daba a mi próstata me hacía gemir de placer, y hacía que mi polla goteara semen ...
... continuamente.
Dios que gusto, veía cómo se bamboleaba mi polla y pelotas, al ritmo de la enculada que me estaban dando. Mi polla salpicaba gotas de semen en todas direcciones, y mi maduro follador, me movía como si fuera una marioneta. Me tenía empalado en su cipote, haciéndome delirar de placer.
Ahora sí, ahora sus ensartadas eran violentas y profundas. Prácticamente me levantaba haciéndome poner de puntillas, y su polla me llegaba a lo más profundo de mis entrañas. Sus pelotas chocaban violentamente en la entrada a mi ano y el golpeteo de su pelvis al chocar con mi culo, hacía que se escuchara el clásico plaf, plaf plaf, cada vez que su polla se enterraba en lo más profundo de mi culo.
De pronto el maduro empezó a jadear más fuerte notándose su respiración más agitada, hasta que clavó sus dedos en mis caderas, exclamando, ¡ohhh me corro! ¡ohhh me corro!
Dios, estaba notando como eyaculaba dentro de mi culo, dándome tanto placer, que, en ese mismo momento, yo también empezaba a descargar mi semen regando con él, aquellos jardines públicos. ¡Ohhh me corro! Me corro, me corro, gritaba yo mientras seguía estando empalado por el cipote que me estaba dando por el culo y regando con su semen mis entrañas.
Cuando ambos terminamos de eyacular y recuperar el aliento, la polla que tenía ensartada en lo más profundo de mi culo fue saliendo poco a poco, de él. Ambos nos limpiamos con un papel que el maduro sacó de uno de sus bolsillos, y una vez nos limpiamos, él guardó su verga ...