1. Diario de un Prisionero V: el choque postraumático


    Fecha: 17/09/2017, Categorías: Gays Autor: Anderson, Fuente: CuentoRelatos

    ... lo que él ganó un muy buen contrato, porque la empresa es grande y tuvo la suerte de que papá sea el encargado de personal. Bueno, él me recomendó una psicóloga que, según me dijo, pone el corazón en todo lo que hace, la doctora Alicia Espinosa, hoy tenía cita en su consultorio (en un barrio de los mejores de la capital) y allá íbamos, Alberto te propuso ir por un café, pero te negaste porque siempre te gusta esperarme para recibirme con un beso cuando salgo agotado de las sesiones con los psicólogos, más que con Alicia era la primera vez y tendría que contar todo desde el inicio. Pero Alicia nos sorprendió, según dijo, ella es de métodos poco ortodoxos, pero no por eso menos efectivos y lo primero que hizo fue preguntarme si había ido solo, le dije que no, que tú, mi novio, estabas fuera; me preguntó tu nombre y se levantó y desde la puerta del consultorio gritó “¡Andreeeeeeeees!!!!” yo por dentro me partía de risa, pero cuando tú llegaste y ella le pidió que entrara me quedé estupefacto, ¿no que el secreto profesional impide que nadie me acompañe? Bueno, lo más gracioso es que ella le echó una ojeada los diversos informes que le presenté y me sonrió y luego ¡te acribilló a preguntas! No me dirigió más la palabra en la hora de sesión, sino que todo el rato estuvo preguntándote cosas, si noté que me observaba atentamente cada gesto y reacción a sus preguntas, pero no me dijo nada hasta que dio por concluida la sesión y fue cuando me dijo “nos vemos pronto”, desde que me ...
    ... preguntó tu nombre no me había dicho nada, cosa que me pareció muy extraña. Saliendo le llamé a Martín para contarle cómo me había ido, tal como le había prometido y justo estaba con Quique ¡cómo se reían los dos! Resulta que Alicia, como ella misma dijo, no aplica los métodos convencionales, no le gusta que las personas hablen de sí mismas, prefiere que alguien más se lo cuente, verlo en el informe de otro psicólogo o escucharlo de alguien cercano, para luego poder hacer mejor su parte, así que muchos salen con la idea de que es un pocovieja de patio[cotilla, chismosa], pero realmente sólo hace su trabajo y resulta más efectiva que los que esperan que les cuentes todo y no preguntan lo que quieren saber.
    
    Bueno, en fin, que el que salió ganando fue Alberto, porque saliste tan agotado que terminamos en un McDonald’s para “calmar los nervios” mientras llegábamos a casa a comer, aunque la nana no se dio cuenta, teníamos tanto apetito que comimos como siempre, o incluso un poco más, pero bueno, fue divertido.
    
    Para compensar, por la noche Martín y Quique nos invitaron a ver una película en su casa, así que vimos con ellos las tres películas clásicas de X-Men, que a Quique le fascinan y a mí también, con lo cual Martín y tú “sufrían” para vernos contentos, aunque creo que tu “sacrificio” fue poco comparado con los besos que obtuviste cuando nos quedamos solitos en el cuarto que Martín nos asignó, porque como es lógico, dormimos en su casa, no era plan volver a las 3 a.m. a ...
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