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Espera
Fecha: 15/01/2020, Categorías: Gays Autor: Lgpan, Fuente: SexoSinTabues
No sé si fue muy temprano, o si tal vez fue muy tarde, lo cierto que es que no era el momento apropiado para nosotros. Esa mañana llegué al auditorio con tiempo suficiente para prepararme, cambiar mi ropa de calle por mi ropa de trabajo, una trusa, un saco holgado y la pañoleta para atar mi cabello largo y desordenado. Él llegó un momento después, ya lo había visto un par de veces, no era de mi grupo, mas bien era un extraño en los ensayos, fui por un café, sin darme cuenta me siguió, hizo fila a mi lado y al sentirlo junto a mí sentí un corrientazo que iba desde mi culo hasta mi nuca y se me doblaron las rodillas. Salí al patio interno, siempre estaba lleno de gente y era mi salvación, no quería estar solo con él, aunque no hablaba con nadie, supuse que las casi veinte personas allí reunidas impedirían ponerme en evidencia, que idiota, ponerme en evidencia ya estaba hecho, quería protegerme de algo que deseaba hace dos semanas cuando lo encontré desnudo en el baño fornicando a Juan, yo quería ser Juan desde ese día, pero ahora tenía pánico de caer de rodillas ante ese titán que caminaba hacia mi mesa mientras yo prendía un cigarrillo. Se sentó, no hablamos, mi suspensor empezó a quedarme más ajustado, mi verga quería salirse de su sitio mientras apretaba mis bolas entre la ropa interior, un trago de saliva bajo por mi garganta mientras veía esas piernas gruesas caminando hacia mi, fumé nervioso y bebí café disimulando mis nervios. Terminé y me preguntó si iba a entrar al ...
... auditorio, mi voz se quebró, señalé los camerinos, se levantó y pasando su fuerte brazo por mis hombros empezó a llevarme, nadie pareció darse cuenta, aunque yo deseaba probar a ese hombre, estaba nervioso, no era mi primera vez, ya había tenido sexo en cantidades alarmantes, pero él me ponía nervioso, entramos a los camerinos, caí de rodillas ante este semental con cuerpo de minotauro y rostro diabólicamente sexi, desde siempre me tuvo en sus manos, y yo creía estar a salvo, que equivocación tan grande, solo me hizo creer que podría defenderme. Me besó como un hombre besa a otro hombre, deje que mis hormonas explotaran entre mi cabeza y mis genitales, antes de darme cuenta ya le había quitado la camisa, descubrí esos pectorales grandes y velludos, fuertes, fibrosos y esos pezones pequeños y duros adornados con un piercing cada uno encerrados en una corona de bello oscuro y grueso que lo hacían más deseable a mis antojos. Volvió a besarme, ahora sí, literalmente de rodillas abrí su cinturón, desabroché el pantalón de cuero solo par descubrir un pene grande, venoso, grueso que necesitaba salir de su prisión, sus bóxer negros estaban mojados en precum, no lo pensé, tome esa verga de monumental tamaño y divina presencia y empecé a mamarla como anhelando que me diera su leche, mamaba con fuerza, sentí su mano agarrando mi cabello ya desordenado por naturaleza y mientras me sujetaba el pelo empujaba su glande hasta perforar mi garganta, me estaba ahogando entre un abdomen plano y ...