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Espera
Fecha: 15/01/2020, Categorías: Gays Autor: Lgpan, Fuente: SexoSinTabues
... duro mientras tragaba una verga con sed y hambre de más. Perdí el control, empecé. Chupar tanto como podía con rapidez, mis manos tocaban sus piernas, su culo, sus bolas mientras el se movía casi con furia penetrando mi garganta, agarró mas fuerte mi cabello, lo haló mas duro hacia él, su verga entró aún mas en mi garganta, empezó a descargar su semen sin permitirme respirar, no pude más, como pude lo saqué de mi boca, aún estaba eyaculando, su semen salpicó mi cara y mi saco, mi cabello, aún así tome la verga que me escupía y la seguí masturbando mientras chupaba la cabeza perfecta que me daba tanto semen, el se sacudía entre mis manos y cada vez que eyaculaba yo me excitaba aún más, ahora quería que todo fuera más allá de una mamada, el lo sabía, me quitó su verga y empujándome al piso se arrojó sobre mí, lo abracé entre mis piernas y besó mis labios, bebió los restos de su semen desperdigados por mi cara con tanto placer como yo los había bebido hace un momento directo desde su envase. Me quitó el saco, su mano pasó por entre mi trusa y me cogió el culo apretando mis nalgas con fuerza y desesperación, se levanto para desnudarse, como un macho terrateniente puso un pie en mi pecho impidiendo que me levantara, entendí el mensaje, dejé que me esclavizara. Me quedé acostado, no me moví, se quitó las botas militares que llevaba, tiró sus calcetines a un lado, se quito el pantalón de cuero negro y su bóxer desapareció con el pantalón. Ahora puedo ver ese hombre fuerte y potente ...
... en su esplendor, es un oso pardo bronceado que luce una serpiente tatuada en su pierna izquierda y cuya cabeza termina en el muslo interno, justo ahí, donde se confunde el pecado y la santidad, exactamente al lado de su testículo, sus ochenta y cinco kilos d masa muscular distribuidos perfectamente en su metro noventa no tienen comparación, por el contrario, es el demonio perfecto para dominar el infierno de emociones y hormonas que hay en mi interior. Con fuerza me quita la trusa, deja mi suspensor puesto y se deja caer sobre mí, no sé si pueda aguantarlo, es muy grande, un gigante a mi lado, me siento como un títere entre sus manos, me besa, paradoja: sus labios gruesos llenan los míos con ternura mientras sus manos aprietan con fuerza mis piernas y mi cintura. Su lengua se abre paso en mi boca, la siento serpentear en la mía pienso que llegará hasta mi garganta, mi verga dura sigue aprisionada en el suspensor, ya me duelen las bolas pero me dejo hacer, muerde mis labios y al soltarlos susurra mi nombre, maldita sea, ahora sí soy su esclavo, mi alma se desmadeja en mi interior mientras abrazo su ancha espalda fortalecida con ejercicio. Me obliga a liberarlo de mis piernas, las levanta y su boca pasa por mis prisioneros genitales, me huele, la sensación de su nariz en mis genitales me lleva mas al cielo, o al infierno, no sé decirlo, levanta aún mas mis piernas y yo me dejo hacer, apoya sus manos en mis nalgas y como un león sediento junto a un aljibe empieza a lamer mi culo ...