El Intruso 11 - Relatos Eróticos

El Intruso 11

Capítulo 10 Era viernes por la tarde casi noche, iba manejando rumbo a casa de Carmen, mis hijos iban en el asiento trasero y Lola a mi lado, íbamos en silencio, a Lola no le gustaba ir a mi antigua casa, se le notaba y no lo disimulaba, ese día por la mañana Carmen después de habérmela cogido lloró nuevamente pidiéndome que regresara y que las cosas fueran como antes, me era difícil pensar cómo iba a decírselo a Lola, seguramente ella se negaría a ir, tal vez preferiría dejarme y eso me rompería el alma; yo sé que soy desgraciado egoísta que de igual forma engaño como me han engañado, hago lo que no quiero que me hagan a mí, pero eso no significa que no ame a Lola y mucho menos a Carmen, a veces entiendo porque la monogamia provoca tantos divorcios, el hombre no siempre se puede conformar con una mujer y busca desaforadamente otro complemento. Así que ahí estaba yo en esa encrucijada, amaba a las dos y al parecer no podría quedarme con ambas, tendría que escoger entre recobrar a mi familia o intentar hacer una nueva, las dos opciones me dejaban vacío de una forma u otra. Llegamos y estacioné mí vehículo, nuevamente la competencia por ver quien lucía más sexy se daba a notar, Lola como siempre aprovechaba su juventud mezclada con belleza exótica, el manjar prohibido que solo yo podía probar; Carmen, sin embargo, era la mujer hermosa y exuberante, capaz de arrancar suspiros a cualquier ser humano, hasta las mujeres la volteaban a ver. Las dos se miraron, Lola notó el ...

... chupetón que Carmen lucía en la base de su cuello, me volteo a ver buscando reacción en mí, yo para mi adentro me maldije por haberme dejado convencer por ella y hacérselo, ahora la suspicaz Lola podría leer mi mente y complicar la vida, trague saliva y traté de lucir natural. ‐ Hola Carmen ‐ Hola Antonio, hola Lola, te ves hermosa hoy—dijo Carmen mirando con una sonrisa amable a Lola, yo voltee a ver la reacción de ella y vi confusión, finalmente contestó ‐ Hola Carmen, gracias, no me queda más que decirte lo mismo, tu siempre luces hermosa Me quedé congelado, por primera vez se había elogiado la una a la otra, Carmen era la que había cedido, Lola por su parte se mantuvo a su altura y respondió el halago con otro igual ‐ ¿Quieren pasar un omento? Lola, tú no conoces la casa, ¿no la quieres conocer? Para que veas dónde se quedan lo niños cuando no estaba con ustedes, he remodelado un poco y me gustaría que lo vieran Lola me miró entre desconcertada y curiosa, volteo a ver a Carmen y le brindó una sonrisa amable. ‐ Claro Carmen, la verdad me da curiosidad como tienes tu casa por dentro ‐ No es nada especial, es como cualquier casa, pero por favor pasen los dos—dijo Carmen un tono sumamente cordial Entramos tomados de la mano Lola y yo, desde el recibidor ella volteo a todos los lados que pudo, era como si quisiera ver todo detalle a detalle, se detuvo en el corredor y miró una pintura que Carmen había comprado casi de recién casados. ‐ ¿Te gusta?—preguntó Carmen a Lola, mientras se ...