El Intruso 11 - Relatos Eróticos

El Intruso 11

... había comprado nuevo ‐ ¿Te emocionaste mi amor?—dijo acariciando con más entusiasmo ‐ Sí, mucho, sabes que me excitas fácilmente ‐ ¿Por qué? ‐ Porque eres una tentación al pecado ‐ ¿Quieres pecar conmigo? ¿Quieres cogerme ya? Aquí en el carro Se acomodó en su asiento y lentamente elevo el vestido, pude ver como sus hermosos muslos iban quedando expuestos a mis ojos, tenía que mirar el camino y los muslos de Lola, era una verdadera tortura. ‐ ¿Te gusta esto? ¿sabes que solo es tuyo y nadie más los mirará ni tocará? Acaricia sensualmente la parte interna de su muslo hasta llegar a su pantaleta. Era muy suave y la desplazó a un lado, su raja con escaso bello quedó ante mí; metió un dedo y lo sacó, este salió brillante por los jugos emanados, al parecer Lola también se estaba excitando con el juego. ‐ Me voy a masturbar para ti, aaahhh ¿Quieres que lo haga Aquí frente a ti? Asentí relamiendo mis labios, ella gimió cuando metió dos dedos en su rajita y empezó a moverlos, yo no pude evitarlo y saqué mi verga y la masturbé también frente a ella ‐ Aaahhh mi amor, estoy muy mojada Se dedeaba fuerte y rápido, mi verga estaba dura como roca, mi mano se desplazaba hacia arriba y abajo, el camino estaba solo, ya no había luz solar y mis vidrios eran polarizados, Lola se masturbaba rápido, yo hacía lo mismo, ella tomó la iniciativa, escupió en su mano y embarró mi verga de saliva y se subió en mí dándome la espalda, mi verga se atoró en su introito y se fue hasta dentro ‐ Aaahhh ‐ ...

... Aaahhh Los dos gemimos al mismo tiempo, Lola empezó a mover su cadera de adelante a atrás con mi verga dentro, sentía un placer infinitamente perverso al cogerme a Lola mientras manejaba, ella colaboraba con mi perversión gimiendo, mientras se sostenía del tablero y mi brazo. ‐ Aaahhh mi amor ¿Sabes que quiero?—dijo Lola sin dejar de gemir ‐ ¿Qué bebé? ‐ Que me la metas por el culo Un chispazo de excitación llego a mi cerebro, casi eyaculo dentro de ella, la Levanté un poco, ella colaboró, escupí más saliva en mi mano y la embarré en su culo, la baje y mi verga se fue sola a la raja, ‐ ¿No quiere entrar mi amor? Deja la meto yo Dijo Lola y sola se acomodó e intentó meterla pero por poco se cae de lado cuando pasé un bache, volteo hacía atrás para verme, su cara era de súplica para ser enculada, miré un camino de monte que tenía muchos arbustos, no lo pensé, entré en él y me metí entre los arbustos, apague las luces, pero no el vehículo, hice el asiento hacia atrás y quedó más espacio para estar con mi novia adolescente. Escupí en mi mano y Lola puso los ojos en blanco cuando sintió como mi verga se fue adentrando una vez más en su culo, sentí lo resbaladizo de su esfínter y como se fue tragando mi verga, suspiré al sentir sus labios vaginales rozando mis huevo, la levanté y baje varias veces hasta que ella sola lo hiso, de repente se recarga en mí y voltea a besarme, sigue moviendo sus caderas con candencia, es una diosa del sexo, la beso con la pasión que siento al encularla. ‐ ...