El Intruso 11 - Relatos Eróticos

El Intruso 11

... de su hija pequeña, bufe hasta que acabe de eyacular, sentí que Lola se aflojó mucho y para cuando voltee a verla ya estaba durmiendo, mire a petra que me miro y se sonrió para después cerrar los ojos, me baje de Lola y me acosté en medio de las dos, fue extraño sentir como petra se acercó y me abrazó, Lola también lo hiso y así me quede dormido, con las abrazadas a mí. Desperté con la luz solar, mire a Lola que seguía abrazada a mí, sentí mi aliento matutino mezclado con alcohol, Petra ya no estaba, me moví y eso despertó a Lola, me miro entrecerrando los ojos, me sonrió aun despertando ‐ Hola mi amor—dijo acercándose a mí para besarme ‐ No mi amor, mi aliento matutino de verdad apesta, creo que debo lavarme los dientes ‐ ¿Sabes qué? Creo que mi también y debo lavar mis dientes Diciendo esto se agacho y metió mi pene en su boca, se erectó casi al instante, sentí esa sensación de su lengua en mi frenillo, me estresé pensando que su mamá podría entrar en cualquier momento, pero la boca de Lola me estaba dando mucho placer; en escucho pasos y veo como entra la mamá de Lola - Hola buenos días dormilones Nos miramos directo a los ojos, Lola siguió en lo suyo, me sonrió cómplice y miró a Lola que fue como si nadie hubiera entrado, al contrario me mamó con más entusiasmo ‐ Bueno los dejo, cuando gusten el almuerzo está listo Lola volteo a verla y al verla salir me miró a mí ‐ ¿No quieres que se quede? ‐ No Lola ¿cómo crees? ‐ Bueno como anoche la pasamos bien, pues… ‐ No, anoche ...

... estaba muy ebrio, hoy no ‐ Bueno está bien Se subió a horcajadas en mí y se metió mi verga, me cabalgo un rato, gemía como si quisiera que su madre oyera, después solita se enculó y provoco mi eyaculación al moverse delicioso sobre mí ‐ Lola me vengo aaahhh ‐ Si mi amor, vente, muévete fuerte, no importa que me duela, muévete fuerte, ay… aaahhh Vacié todo mi semen en su recto de adolescente, la sujete fuerte de las caderas y me moví cómo loco, presione para que entrara todo lo más posible, Lola puso cara de sufrimiento, pero después de placer al sentir como su macho la usaba para su placer. ‐ Mi amor, me vuelves loca—dijo lola cayendo sobre mí y besando mi sudado cuello, mi verga salió sola ‐ Vamos a almorzar mi amor ‐ Si, vamos-- Me puse mi ropa y salí, Lola me siguió, pero no se vistió, la miré desconcertado y solo me sonrió ‐ Ay mi amor no pasa nada, los dos me han visto desnuda, qué más da una vez más que me vean como dios me trajo al mundo Entramos a la cocina dónde estaba la mesa comedor, petra estaba fumando, se le veía algo alterada, era obvio que nos había escuchado coger, la saludamos y se sobre saltó, tal vez estaba sumergida en sus pensamientos. ‐ Hola mami, ¿Qué hay de almorzar? ‐ Hola pequeña, preparé huevos ‐ Huele bien Almorzamos sin preámbulos, Lola coqueta miraba mi mirada perdida en sus pechos en desarrollo, su mamá sonreía también. ‐ ¿Verdad que mi hija es bella? ‐ Es hermosa ‐ Hacen bonita pareja, me alegra mucho que te haya encontrado, ¿Quién iba a pensar ...