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ÉPOCA DE PLACERES CON MI SUEGRA
Fecha: 19/01/2020, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... de finos modales que horas antes me había recibido ahora me despedía algo mareada por el licor, pero sin perder un ápice de su belleza. Cuando Francisco regreso de su viaje, nuestra libertad de movimientos se restringió. Sandra estaba cebada. Tan en celo que la presencia de su marido solo sirvió para aumentar su audacia: Había conseguido excitar mi polla y haría lo que fuera por disfrutarla. Así que en cada oportunidad fregaba su culo en mi polla, o acariciaba mi sexo bajo la mesa en las cenas, o me invitaba a follar en lugares ajenos. Éramos presos de una locura. En una ocasión me invito a almorzar junto a su esposo y se aseguro que este bebiera una cantidad suficiente de vino durante la comida, hasta que Francisco empezó a cabecear suavemente y sus palabras salían desarticuladas de su boca. Sandra servía su copa con una mano y con la otra masturbaba mi polla bajo el mantel. Cuando Francisco al fin se durmió en su sitio, ella se deslizo bajo la mesa y me propino una mamada de antología sin dejar derramar una sola gota de semen. Sandra era a mis ojos una reina. Para el postre, ya habiendo dejado a su esposo en la habitación ella estaba cabalgándome en la habitación de huéspedes gimiendo sin ningún tipo de censura. Yo acariciaba sus senos y me extasiaba con la visión de su cuerpo. Aun la veo desnuda, vestida solo con sus zapatos de tacón y recorriendo la habitación con ...
... completo dominio de sus actos. Tal vez lo hace de adrede. Al ver que mi polla siempre reacciona y terminamos en sexo rabioso. Su audacia crecía, primero con cierta cautela y luego con periodicidad, comenzó a concurrir a mi oficina por cualquier excusa. Llegaba vestida como la dama que era. Y se dedicaba a comer mi polla arrodillada frente a mí. Pero quienes han tenido amantes alguna vez, saben lo difícil que es mantener el control de las cosas para evitar un desastre. Y yo lo estaba perdiendo. Sandra estaba totalmente loca por mi polla. Loca y desquiciada. Cuando Francisco murió fue un alivio para mí. Al menos ya no debía preocuparme por hacerlo cornudo. Pero por otra parte ya no tuve excusas para ir a su casa. Mi esposa, que nunca había terminado de digerir del todo a Sandra, que era su madrastra, porque la mama de mi esposa había fallecido estando ella muy joven, me impedía tener contacto con ella. Sandra no soporto que menguara su dosis diaria de sexo, en su locura supe que en la mansión heredada de Francisco, ella se había convertido en cortesana y dedicaba sus días a la práctica del sexo a alto nivel social. Su fama era conocida en los círculos mas selectos y no había ejecutivo que no se preciara de haber dejado su dinero a cambio de placer con Sandra. A mí eso realmente no me importa ya que la disfrute en su mejor época y ahora estoy dedicado a mi trabajo y mi familia