El universo de los sentidos
Fecha: 21/01/2020,
Categorías:
Sexo Oral
Autor: OscarVilla, Fuente: CuentoRelatos
... puerta de la habitación del hotel nos devolvió a la realidad. Poco antes tu misma lo pediste, deseabas compartir el sexo con otro hombre, gozar delante de mí, sentirte poseída mientras y estaba a tu lado.
No fue difícil. Un periódico abierto en su sección de contactos. La búsqueda y al final un mensaje con un número. Te pareció sugerente, a mí también me lo pareció. Tu voz hizo el resto, despertaste en aquel hombre un universo de deseos, un mundo de pasiones que tan solo tú eres capaz de transmitir a quien te escucha.
Yo abrí la puerta. Al verlo le dije la frase convenida. Mi mujer desea hoy a otro hombre. Ahí la tienes, es tuya, haz que goce, que disfrute no solo para ti, sino para los dos.
Tú, desnuda, aguardabas en la cama. La habitación sumida en una penumbra sugerente invitaba a despertar los sentidos.
El tipo aquel te miró, lo hizo con lujuria, con deseo. Tu cuerpo desnudo se alzaba como un trofeo inmerecido para él. A punto estuve de hacer que se marchase pero el juego exigía otra cosa.
Abriste la cartera y le pagaste la tarifa solicitada. Lentamente se desnudó. Lo hizo para ti. Descubrió su cuerpo para tus ojos. Noté que te mojabas, que tu sexo chorreaba al verlo ante ti como si de fruta prohibida se tratase.
Se tumbó sobre la cama, a tu lado. Tras unos minutos de juegos eróticos entre ambos te penetró salvajemente mientras yo miraba indeciso, ...
... sin saber muy bien que hacer. Viviste el momento, disfrutaste de aquel cuerpo como no lo habías hecho jamás.
No dejaste de mirarme. En tus ojos, la ternura de siempre, abrió mi corazón y con ella la lujuria, el deseo y la fantasía me hicieron seguirte a un mundo de sentidos imposible de alcanzar con la mano.
Comencé a masturbarme como un loco, como un poseso, mientras el tipo aquel te penetraba con fuerza una y otra vez. Al final cuando nuestros orgasmos se hicieron próximos me acerqué a ti, me coloqué a tu lado, te agarré la mano y te besé con ternura, con amor, mientras explotaba en el más perfecto e inolvidable de todos los éxtasis. Gozaste como una loca como también disfrute yo, incluso el circunstancial compañero de juegos eróticos que gritó mientras se venía en un orgasmo casi imposible.
Se ha ido. Hace poco más de dos minutos que abandonó la habitación. Cobró su tarifa y se marchó no sin antes querer besarte la boca que tú impediste con aquel giro de tu rostro. Te dijo algo de que siempre estará para ti. No le hiciste caso. Creo que no se dio cuenta que tan solo había sido un instrumento de nuestro placer.
Ahora, como siempre, tu y yo solos, sobre la cama, nos abrazamos y nos fundimos en un beso como jamás habíamos dado a nadie; un beso lleno de pasión, de amor, de un cariño imperecedero que ni siquiera tiene límites en nuestro universo de sentidos.