Los gorditos tambien saben follar - Relatos Eróticos

Los gorditos tambien saben follar

... leche calentita" a decir verdad la notaba bien, me había echado una cantidad bastante buena. Entonces se subió los pantalones, y se despidió, "aquí te dejo al maricón de mi compañero, trátalo bien que no sabe follar, esta casi sin estrenar, yo me tengo que ir que tengo prisa" me dijo, me puse la bata por encima y le acompañe a la puerta. De vuelta pase por baño a sacarme el condón de mi amigo y asearme un poco. Volví de nuevo a por el gordito, estaba allí en el mismo lugar, no se había movido, no había dicho nada, solo se había tocado un poco y se había enrojecido mientras que me follaban. Sentí haber conocido a mi cornudo, pero allí había mucho mas que un mirón. Me puse encima de el a horcajadas, comencé a comerle la boca, el correspondía, le acariciaba y le invitaba a tocarme, parecía que el chico tímido cogía confianza, me acariciaba mis nalgas con suavidad, ya le había quitado al camisa y le pasaba mi lengua por todos lados, notaba como disfrutaba, estaba entregado, apenas contestaba monosílabos a lo que le iba preguntando, pero aquello ya parecía un encuentro normal. Empezaba a notar yo entre mis nalgas su paquete, a decir verdad, con el pantalón puesto ya prometía, y cada vez deseaba más sacársela, pero aguantaba a ver si el me lo pedía, tras casi media hora de manoseos me lo pidió. Me puse de rodillas delante de el, le baje los pantalones, tenía una enorme polla, de esas que le cuestan ponerse duras de lo grandes que son, comencé a mamársela, estaba rica, sabrosa, me ...

... tragaba sus orgasmos sin rechistar, hacia mucho que no me follaba una polla de ese tamaño. Entonces tome una decisión, de esas extraordinaria, le lleve a mi cama, muy pocos hombres entran ahí. Nos metimos allí, me tumbe de lado y le pedí que me cogiera de cuchara, el se tumbo y comenzó a rozarme con su enorme verga, ahora si que se estaba poniendo dura de verdad, tras lubricarme le pedí que me preñara, aquello prometía. Me la metió despacito, entonces comencé a gemir, ahora de verdad, mi piel comenzó a erizarse, el se dio cuenta y me acariciaba, un sudor frio recorría mi espalda para dar paso a una intensa calor, mi gordito me estaba enculando maravillosamente bien, lo notaba como disfrutaba, tenía razón mi amigo, estaba casi sin estrenar, follaba poco, no fue muy largo el polvo que me echo pero cuando comenzó a correrse, notaba como bombeaba su leche dentro de mi, de forma muy generosa una y otra vez, con su verga todavía dentro de mi me susurro a mi oreja, "tu no te corres" mientras me echaba su mano a mi polla, cuando me la toco se dio cuenta que ya me había corrido hacia algún rato. Yo apretaba mi culo hacia atrás, no quería que me sacara la polla, notaba con se le hacia pequeña, como se ponía blanda, hasta que el decidió sacarla. Nos quedamos allí, satisfechos abrazados, un buen rato, al final me dijo que se tenia que ir, que vivía con su madre y le iba a echar en falta. Yo tras despedirle en la puerta, volvi a la cama, me tumbe boca abajo, me había puesto de nuevo la ...