1. EL NENE BUENO


    Fecha: 18/09/2017, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Mi nombre es Lucas y a continuación les contare sobre mis inicios. Nunca hasta entonces había sentido atracción por alguien de mí mismo género. Yo tenía 17, estaba de vacaciones en casa de mi tío, quien vivía con su esposa y un único hijo de 9. Él, mi primo, se llama Julián, era un nene muy bonito, con rasgos femeninos, que confundían a cualquiera. Cada tanto se me escapaba un “nena” al hablar con él y esto lo enfadaba mucho. No lo hacía apropósito, era inevitable no verlo como una nena debido no solo a sus rasgos, sino al delicado carácter que poseía. Estábamos en época de invierno, hacía bastante frío, con lo cual pasábamos mucho tiempo en casa. Y yo no tenía más opciones que navegar en la computadora, como compartía cuarto con Julián, nos turnábamos para usarla. Una tarde, que estaba cuidando a mi primo porque sus padres salieron, luego de hablar por teléfono con mi novia, quedé muy caliente. No habíamos tenido sexo aun, ella solo me masturbaba con la mano y yo a ella le había practicado oral una sola vez, por lo tanto era un virgen a los 17. Hacía mucho frío, pero yo estaba ardiendo. Tenía como una terrible comezón en la cabeza del pene, que palpitaba como si quisiera salirse de mis pantalones. La erección no bajaba por nada, mi verga estaba dura, sacudiendo mis calzoncillos, queriendo descargar todo el semen que se acumulaba dentro. Julián estaba con la computadora, y bajo el respaldo de la silla podía verse un trasero redondito y apretadito dentro de unos ...
    ... pantalones ajustados. Esto me conmocionó, era un nene, de mí mismo género, y era mi primo. No podía ser. —¿Hay un olor raro? —preguntó mi primo. Llevaba tiempo caliente y el líquido pre seminal estaba no solo en mis calzoncillos, su olor ya se sentía en el aire. —No sé, debe ser la humedad de la lluvia que se viene. —No, no es eso. Me levanté para irme a limpiar y de paso a descargar todo, pero olvidé mi erección y Julián lo notó enseguida. Vi su carita de asombro y curiosidad y noté que me ponía colorado de vergüenza. —Es tu turno… de usar la computadora Lucas. —Está bien —dije. Intenté distraerme con la computadora hasta que me bajara la erección. Pero era imposible, y a través del monitor podía ver el rostro de mi primo, muy pensativo. Aparentemente había despertado en él, una curiosidad inmensa. Me puse a jugar a un video juego en la computadora y pronto mi primo se acercó a ver de que trataba y quiso que le dejara jugar también. Se sentó a mi lado en una silla que apenas cabíamos los dos. Cuando fue su turno le dije que se sentara en mi regazo y así lo guiaría con mis manos hasta que aprendiera usar las teclas para cada movimiento. Pero el se sentó sobre mi verga, aplastándome también los testículos. Cerré los ojos, primero por el dolor y luego por el extremo placer. Julián daba brincos de emoción por el juego y yo aprovechaba para empujar mi punzante verga contra su trasero. Mis manos se posaron en su cinturita y lenta y cuidadosamente lo guíe, sin que él lo notara, a que me ...
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