Cyber-amigos con derechos
Fecha: 28/01/2020,
Categorías:
Hetero
Autor: MilkyQueen, Fuente: SexoSinTabues
... mi casa me arreglé lo mejor que pude. No estaba asegurando que pasara “algo más” pero traté de arreglarme lo más seductora que pude. Me puse un vestido azul entallado, strapless, con un saco beige y tacones altos. Iba lista para matarlo, aunque tal vez no pasara nada porque sólo éramos amigos. Pedí un taxi y durante el trayecto terminé de maquillarme. Al bajar y pagarle al taxista, podría asegurar que se me quedó viendo el culo y susurró “adiós, sabrosa”. Una opinión cualquiera, pero me daba ánimos para poder conocer a Rafa. Estaba muy nerviosa y las piernas me temblaban, pero logré entrar al café. Había mucha gente y pensé que realmente iba a ser muy difícil encontrarlo, ya que no lo conocía y el bullicio complicaba más mi tarea de reconocimiento. Me senté en una mesa y pedí un vaso con agua mientras lo esperaba. Comencé a tontear con mi celular y llegué a las fotos desnudas que me había tomado para él. ¡Pensé que las había borrado! Las eliminaría ya mismo, no quería pasar un mal rato. De repente sentí que se pararon frente a mí y el nerviosismo me hizo apagar el celular sin cerrar la galería. -¡Cecy! Hasta que por fin te conozco, soy Rafa. Levanté la mirada, atónita. Su voz era aún más cautivadora en persona. Era un hombre robusto de unos 40 años, bien conservado y de barba marcada. Su presencia era imponente y se miraba como alguien exitoso y confiado. Gracias a Dios que nunca vi su cara desde un principio, porque habría pensado que era muy bueno como para hablar conmigo. ...
... Yo amaba a los hombres más grandes de edad que yo, pero esto me superaba con creces. Estaba tan sorprendida que apenas podía articular palabra. -¿R-Rafa? ¡Ah, perdón! ¡Qué tonta soy! -No te preocupes-me dijo sonriendo,- te ves mucho más hermosa en la vida real. No le quito mérito a tus fotos, pero es mejor conocerse en persona, ¿cierto? -Sí sí, ¡claro! Perdón por eso, siéntate. Y quitándose su abrigo, se sentó conmigo y pedimos un café. Mientras platicábamos sentí que volvía a tomar esa confianza con él, sólo que ahora no nos quitábamos los ojos de encima. Su mirada era muy pasional y atractiva, y podía ver cómo se relamía los labios mientras miraba mi escote creyendo que no lo miraba. Conforme pasaba la noche, decidimos pedir unas cuantas bebidas con un poco de alcohol para salir a divertirnos después, y sentí que me ayudó a relajarme mucho más. Charlábamos animadamente y reíamos como viejos amigos de la infancia, me hacía sentirme tan bien… De repente le pedí disculpas porque sentí que tenía que ir al baño, y le encargué mi bolsa. Él me dijo que fuera sin problema y ya en el baño comencé a arreglarme. Tenía que convencerlo para tener sexo esa noche, un buen polvo con él debía ser inolvidable. Haría todo lo que estuviera en mi poder para convencerlo. Cuando salí del baño y me senté, vi con terror que tenía mi celular en sus manos. No recordaba que las fotos desnudas estaban en la pantalla principal, y corrí apresurada a sentarme, esperando que no las hubiera visto. -H-Hola ...