La historia de Claudia (4)
Fecha: 31/01/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... sombra de los párpados, mientras Claudia, a pesar de su miedo, ofrecía alguna resistencia que de nada le valió ante la fortaleza física de Blanca.
El resto de la noche transcurrió según lo imaginado por la joven. Debió cocinar, servir la cena y atender a Blanca mientras comía. Después cenó ella en la cocina, lavó la vajilla y observó, mientras lo hacía, cómo la dueña de casa llevaba al comedor un juego de sábanas, una almohada y una frazada que dejó sobre el sofá.
-Me voy a acostar. Le dijo desde el comedor. –Cuando termines con eso vení a verme al dormitorio que te voy a dar instrucciones para mañana.
-Sí, señora. –contestó sin saber que al día siguiente se vería sometida a una verdadera maratón de oprobios.
Eran las 9 de la mañana y Claudia estaba barriendo el comedor según las instrucciones que había recibido la noche anterior. Debió levantarse a las 8, desayunar en la cocina y luego llevarle el desayuno a la cama a la señora. Poco más tarde, mientras barría, Blanca apareció con la cabellera húmeda después de una ducha y luciendo una bata de baño roja y chinelas del mismo color. Se acercó a la joven envolviéndola en una mirada caliente que la puso colorada y le dijo:
-Retirá la bandeja del dormitorio, lavá todo y volvé acá.
Claudia regresó minutos después y cuando terminó el barrido la orden de Blanca fue que guardara las sábanas, la almohada y la frazada en el placard del dormitorio.
-La puerta de arriba a la derecha. –le dijo, y agregó ...
... inmediatamente: -después hace la cama y vestite que nos vamos. Vas a ver tu ropa en la silla.
-¿Adónde vamos, señora? –preguntó Claudia movida por la inquietud. La respuesta fue una fuerte cachetada que le hizo saltar las lágrimas.
-No vuelvas a dirigirme la palabra sin preguntarme antes si podés hacerlo. –le advirtió la mujer.
-Pe... perdón, señora. –murmuró y acababa de vestirse cuando Blanca entró al dormitorio, fue hasta el placard, sacó una blusa rosa, una pollera negra, zapatos del mismo color de taco alto y un conjunto de ropa interior blanca. Puso todo sobre la cama y le ordenó:
-Sacame la bata y las chinelas y después vestime.
La joven se mordió los labios. Era consciente de la progresiva degradación a la que estaba siendo sometida, pero no tenía fuerzas para resistirse y dejaba, en cambio, que Blanca siguiera envolviéndola inexorablemente en la telaraña de su dominación.
Aspiró con fruición el perfume que se desprendía de ella y pensó excitada mientras deshacía el nudo del cinturón de la bata: "Nunca la vi desnuda..."
Deslizó la bata hacia abajo sin poder evitar el temblor de sus manos y miró como hipnotizada esos pechos blancos, grandes, de pezones oscuros, y después la amplia curva de las caderas y los muslos gruesos y bien torneados.
Blanca, que tenía instinto de hembra cazadora, se dio cuenta del efecto que su cuerpo provocaba en Claudia y se sintió segura de que esa presa sería suya por completo y definitivamente. No imaginaba límite alguno en su ...