1. La profesora Helena


    Fecha: 19/09/2017, Categorías: Hetero Autor: oscareduardo, Fuente: SexoSinTabues

    ... un trasero firme con dos nalgas grandes y paradas, su tiro corto permitía apreciar su pubis perfecto en que sobresalía un Monte de Venus pronunciado, en la intersección de sus ingles se traslucía la entrada de su vagina por cierto con una abertura que definía sus labios vaginales en forma nítida. Y sus senos que antes no se podían apreciar ahora gracias a una blusa ajustada eran dos hermosos frutos tentadores, no tenía brasier y sus pezones se destacaban como dos pequeños botones semi adormilados pero de buen tamaño. Tal vez doña Helena notó mi reacción libidinosa y sonriendo se desenredó el pelo dejando caer una hermosa cabellera larga y negra que enmarcó su rostro que esta vez no tenía el ceño adusto sino la sonrisa coqueta de una mujer atrevida y sexy, para colmo de males se quitó sus gafas y su cara mostraba un rostro entre ángel y demonio…por Dios era una mujer completamente diferente. Sentándose en el sofá me hizo señas que me sentara a su lado, no pude contenerme y corrí hacia ella como el insecto que va a la llama sabiendo que lo va a consumir, no acababa de sentarme cuando me abrazó en forma asfixiante y pegando su boca a la mía empezó a besarme apasionadamente, su lengua fue lentamente haciendo arabescos dentro de mi boca y sus labios de vez en cuando succionaban mi lengua , sus manos empezaron a bajar por mi pecho y muy pronto fueron a parar a mi entrepierna, como una poseída por el dios de la lujuria bajó mi pantaloneta y mi bóxer casi de un solo tirón, quedé ...
    ... allí con mi verga todavía adormilada frente a esa hembra de fuego, se lanzó ávida con su boca a darle vida a mi pene flácido, fue cuestión de segundos cuando lo convirtió en un cilindro de carne ansioso de buscar una vagina abierta, empezó a mamar mi verga con desespero, se arrodilló y con todo el tolete metido en su boca empezó a acariciar mis nalgas, no aguantó más y se acaballó encima de mí, con sus propias manos abrió al máximo su vagina y se clavó mi verga que rápido desapareció en esa gruta de lujuria, sus movimientos enérgicos y circunvalares me hicieron tener un delicioso orgasmo, mi leche desapareció y ella tomando mi glande exprimió mis últimas gotas de semen que degustó con sumo placer. A lo lejos oímos el ronroneo del motor del carro de don José, retomamos nuestras labores y cuando ellos llegaron no se dieron cuenta de nada . Esa noche del sábado junto con don José y doña Helena disfrutamos de una exquisita cena y nos pusimos a beber, al calor de las copas el ambiente se fue distensionando y don José animado por el licor empezó a acariciar a doña Helena que disimuladamente le correspondía, quizás no aguantaron más las ganas de tener sexo y se retiraron a su cuarto, más tarde sus retozos eróticos se oían claramente en la sala, Andrés no disimulaba su excitación al saber que sus padres estaban posiblemente teniendo un encuentro sexual frenético e intenso. También yo suponía esas escenas y me acordaba de doña Helena haciéndome el amor, aún tenía la imagen de su vagina ...