1. 46.2 Amor y sexo


    Fecha: 02/02/2020, Categorías: Gays Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... cadencioso, su culo se contraía como los músculos de su espalda y los hombros.
    
    Ahogué, mis gritos mordiendo mi muñeca y tapándome la boca y él gruñía como un animal en celo que ha conseguido su hembra a quien sembrar con su simiente.
    
    La parte baja de mi cuerpo colgaba del suyo y seguía su vaivén, como sentía que esa posición nos cansaba solté mis piernas para que cayeran sobre la cama y las abrí para facilitarle la entrada hasta el fondo y que su verga y mi ano friccionaran a tope hasta que me contraje en un tremendo orgasmo seco que me desmayó.
    
    -Sí, ábrete para mí, para que tu hombre te folle, dame tu rico culo. –no sé ni cómo podía hablar con el sudor que le caía y mojaba sus labios. A mi vez seguía mordiendo mi mano para no gritar.
    
    Aumento sus embestidas si eso pudiera ser y empujaba como un toro hasta que su verga se tensó, adquirió la rigidez del hierro y creció estirando mi ano. Comenzó a correrse y liberó toda su leche que inundó mi recto y mi vientre.
    
    Fue tal el placer que yo también exploté, cerrando con fuerza mis ojos y mordiendo mi mano hasta dejarme la marca de mis dientes, me estaba bañando en semen por dentro y por fuera, ahora yo también eyaculé.
    
    Seguía gruñendo y dejando sus últimos estertores de leche que salían de su polla en mis entrañas. Me sujeté a sus espaldas para que no se moviera y continuara ocupando mi culo con su polla.
    
    Me sentía tan lleno de su semen y su verga, bien preñado por su abundante esperma. Jadeaba mientras limpiaba ...
    ... con mi mano su frente. Se fue calmando y llegó su ataque de besos que me hacían tan feliz. Me miró y pasó su mano por mis cejas peinándolas y besando mis parpados.
    
    -¿Te he hecho daño? ¿Te duele el culito? -su mirada se veía como si estuviera preocupado.
    
    -No ha sido nada tontito, no te preocupes por mí. –abrace su cuello y no sabía lo que hacer con él, me lo comería a besos y era lo que iba a hacer.
    
    -¿Te ha gustado, lo has pasado bien? -le pregunté a mi vez.
    
    -Lo he pasado de locura, pero sigo teniendo ganas y la polla no se me baja. –comencé a reír y expulsé su verga de mi culo.
    
    Era cierto lo que decía su verga estaba como si no hubiera pasado nada después de correrse dos veces.
    
    -Eres un semental, aún estas caliente, te adoro. –le abracé y cerré mis piernas para atrapar su pene entre ellas.
    
    -La culpa es tuya por estar tan bueno, eres un puto que me calienta un montón. –no dejaba de decirme esa palabra que parecería un insulto y sé que era una muestra de su extrema excitación.
    
    Comenzó a follar mis muslos como si estuviera dentro de mi culo, con ganas locas mientras me besaba de nuevo y me decía palabras bonitas además de lo repetir que era su puto bonito una y otra vez.
    
    -¿Quieres usarme otra vez?, ¿deseas mi culo? –abrí mis piernas para que me tomara si así lo deseaba, pero pasaba su verga por mi perineo sin intentar meterla, la sujete con mi mano y la dirigí a la entrada de mi ano.
    
    -Métela. –fijó su mirada en mis ojos y me retiró la mano.
    
    -No, ...
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