1. 46.2 Amor y sexo


    Fecha: 02/02/2020, Categorías: Gays Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... así no, no quiero volver a hacerte daño. –me desbordó la ternura al ver su preocupación por mí y que no había motivo, estaba lubricado y abierto para que hiciera lo que deseara.
    
    -Entonces espera, te la comeré. –me di la vuelta y su polla lleno mi boca de nuevo, otra vez volvía a mamársela con ganas, ahora sin juegos de verga, chupaba como un desesperado de ella, quería ordeñarla y que saliera todo lo que contuvieran sus huevos.
    
    Pronto comenzó a gemir y a guiarme la mamada a su gusto sujetando mi cabeza. Apoyo la cabeza en la cama y se dejó llevar por el placer que sabía proporcionarle.
    
    -¡Ayyy! Sí, mámala putito como tú sabes, ¡qué placer! -chupé con ganas de que se saciara, acaricié la entrada de su ano y lamí sus gordos huevos, su placer debía ser enorme, contraía sus fuertes piernas y las dejaba caer rebotando sobe la cama como desesperado queriendo que le llegara el orgasmo.
    
    Metí mi dedo índice en su ano y lo cerró alrededor de mi dedo apretándolo convulso.
    
    -Me corro puto, mete más tu dedo Dani, por favor. –quedé en suspenso, era la primera vez que me llamaba así y nadie lo hacía.
    
    -Necesito correrme mi amor. -no me hice de rogar, saqué el dedo, pero para ensalivar el índice y corazón y penetrarle con ellos y luego follándole metiendo y sacándolos velozmente.
    
    No le debió de gustar que dejara de mamarle.
    
    -Chúpala, no pares, sigue, sigue. – a la vez que aspiraba su pene oprimía mi boca hasta hundir mis mejillas y los chorros de su semen volvieron a ...
    ... llenarme la boca, fueron varios chorros, los primeros los tragué y lo último lo conservé envolviendo su glande en su esperma hasta paró las convulsiones.
    
    Fui hasta su cara y le besé pasándole su semen, jugamos con él intercambiándolo de una boca a la otra y lo tragamos los dos.
    
    -Cochino me has llenado la boca de semen. –reía y continué pasándole mi saliva que escupía y yo volvía a recoger entre risas de los dos.
    
    -Es tu leche mi amor y esta riquísima. –le mordí la punta de la nariz.
    
    -Eres un puto guarro, pero me encantas así, te amo Daniel. -le miré y no podía creer lo que estaba pasando y hasta donde estábamos llevando nuestros deseos de tenernos y poseernos.
    
    -¿Has quedado satisfecho? ¿Qué más tengo que hacer por mi amor? -bajé mi mano, su miembro había menguado algo y no sé si quería más.
    
    -Por ahora nada más, vamos a ducharnos y no sé si podremos salir. –recordé que habíamos dicho a los abuelos que pensábamos salir a dar un paseo y llevábamos más de dos horas en su alcoba disfrutando de nosotros.
    
    Abracé su cuello, olía tan bien, a sudor, a su esperma y su colonia todo mezclado.
    
    -Gonzalo, antes me has llamado Dani, nunca lo habías hecho, nadie me llama así. –me miraba sorprendido.
    
    -¡Ahh! ¿Sí? No me he dado cuenta, ¿te gusta?
    
    -Me da igual, me ha parecido raro, puedes llamarme como quieras.
    
    Fui al baño para vaciar mi culo que aún contenía parte de su leche y pasé a mi habitación para buscar mi neceser que Wes había dejado encima de la cama. Eché un ...
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