1. Mi pequeño medio hermano


    Fecha: 04/02/2020, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... para que tu penecito se ponga duro, no se lo dije dos veces y casi de inmediato tuvo su erección. Ahora con tu manita toma tu pene y dale un suave masaje, de arriba hacia abajo, mientras y si quieres yo te sostengo la revista para que la sigas mirando y veas también con cual de tus manitas te acomodas mejor (no podía creer que acababa de decirle a mi hermano tales palabras).
    
    Oye Pily, pero yo no se como, mejor tu dame el masaje.
    
    No corazón, eso ya no es correcto, yo solo te digo como se hace
    
    Anda, es que yo me estoy lastimando y no se como hacerlo, tu sí sabes como se hace, ¿sí?, hermanita…
    
    -¿y porqué me dices que yo sí se como se hace eso?
    
    -bueno, es que tu eres casada y tu marido te ha de pedir que también le ayudes.
    
    Upss, me quedé atónita con ese comentario, efectivamente a mi esposo le gusta que yo le masturbe un poco antes de tener relaciones, pero ese rapazuelo no tenía porqué enterarse.
    
    -Entonces, ¿me ayudas, hermanita?
    
    ¡¡Caray!!, ahora sí la situación estaba totalmente fuera de mi control, pero me dijo la palabra mágica.
    
    Ok, ¡terminemos con esto de una buena vez!, ¡pero recuerda que a nadie le vas a decir!
    
    Ocultando mi enorme turbación tomé su pequeño pene con mi mano derecha, con movimientos suaves y rítmicos empecé a darle masaje, suavemente, de arriba hacia abajo, poco a poco aumentaba y disminuía la velocidad, de su glande ya salían gotas de líquido lubricante.
    
    Aay hermanita, esto está muy bueno, no pares- me decía con una tierna ...
    ... y agitada vocecita, sigue, sigue…
    
    Decidí que ya era hora de poner punto final a esta locura, su virgen pene no sobresalía de mi puño, mi mano empezó a ejercer más presión y a acelerar el ritmo hasta que un chorro de esperma salió disparado, escurriéndose por entre mi mano y mis dedos. Debo confesar que esa escena tuvo alguna reacción en mí, no soy de hielo.
    
    Ahhh, exclamó él muy débilmente, sus rodillas se doblaron, yo solo atiné a abrazarlo amorosamente y el también a mi.
    
    Bueno, corazón, así es como los hombres se alivian cuando les duele esa parte, pero de ahora en adelante lo tendrás que hacer tu solo, ¿entiendes? Y recuerda que es nuestro secreto.
    
    Si, Pily, está bien, me gustó mucho, se siente rico, ¿eso es mi semen?, le respondí que sí.
    
    ¿Y si tengo otra duda, puedo preguntártela a ti, pily?
    
    Eehh, bueno, pues…sí, pero nada más preguntar, ¿OK? Ahora vamos a asearnos, papá ya no ha de tardar.
    
    Tres días después salí temprano a hacer algunas compras y otras cosas que tenía pendientes, llegué a mi domicilio bastante cansada, serían como las 3:00 de la tarde cuando sonó el teléfono, era mi padre pidiéndome de favor que fuera a su casa a prepararle a mi hermano de comer pues el chamaco estaba necio que quería albóndigas, al recordar aquel día mi respuesta fue negativa ya que honestamente tenía remordimientos, pero mi padre estaba muy insistente, finalmente pensé que mi hermanito estaría muy emocionado con su revista y habiendo aprendido a masturbarse estaría ...
«1234...8»