1. Cornudo desde una jaula


    Fecha: 05/02/2020, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Moncho37, Fuente: CuentoRelatos

    ... cabeza y llevándome la mano inconscientemente a la polla a causa de mi excitación, mi mujer rompió el silencio reinante dirigiéndose a mí con su expresión más felina.
    
    —¿A que no te esperabas algo así, cariño? En la próxima hora te esperan muchas sorpresas y mucho morbo. —Me decía con su sensual voz tomándome del brazo y dirigiéndome hacia la jaula redonda que estaba tras el sofá— No te preocupes por nada, tú solo disfruta, que yo lo tengo todo previsto. Ahora, quítate toda la ropa y metete en esa jaula, que va a empezar el espectáculo.
    
    Sin perder un segundo comencé a desnudarme intuyendo que lo que Laura se proponía era montarme un morboso número con los objetos que había en la habitación y ponerme a mil sin poder hacer otra cosa que contemplarla desde la jaula, incluso se me pasó por la cabeza que podría tener preparado algún tipo de disfraz acorde con el estilo fetichista de local.
    
    Cuando terminé de quitarme toda la ropa, yo mismo me metí en la citada jaula con la polla mirando al techo debido a la tremenda excitación que tenía, y agarrando la puerta de esta por dos de sus barrotes, me encerré tras ella, impaciente porque mi mujer comenzara con el juego que me había preparado.
    
    Laura tomó un candado que había colgado de un pequeño gancho de la pared y lo pasó por la argolla que aseguraba la puerta de la celda, cerciorándose así de que mi encierro era completamente seguro y no tuviera forma de salir de la jaula. Acto seguido, se fue hacia el sofá contorneando sus ...
    ... caderas provocativamente al tiempo que se llevaba dos de sus dedos a los labios y me lanzaba un prometedor beso al aire. Luego, arrodillándose sobre uno de los cojines del tresillo, con las piernas un poco entreabiertas y una pose de lo más felina con el culo un poco hacia fuera y apoyada en uno de los reposacodos, pronunció una corta frase que casi hizo que se me volviera a desinflar el rabo:
    
    —Alex, ya puedes salir. —Gritó sin dejar de mirarme y pasándose la lengua por los labios— Está todo tal como me pediste, con el cornudo en la jaula y la polla tiesa.
    
    Las palabras de Laura me desconcertaron por completo, pero cuando vi aparecer por la puerta que daba entrada a la habitación a un negro totalmente desnudo, portando únicamente unas oscuras gafas de sol que le tapaban los ojos, y se me quedaba observando detenidamente con cara de desprecio, entonces me sentí ridículo. Allí estaba yo, en pelota picada tratando de taparme las vergüenzas con las manos dentro de una jaula, mientras al otro lado de las rejas, un negrazo de casi dos metros de alto me miraba con una seriedad que casi asustaba, mientras mi mujer seguía la escena con cara de estarse divirtiendo de lo lindo. Me fue imposible no fijarme en la herramienta que portaba el desconocido entre las piernas, un pedazo de nabo casi tan grueso como una de mis muñecas y más de un palmo de largo. ¡¡¡Joder!!! Ahora lo empezaba a entender todo. Aquello no era una polla. Aquello era una botella de coca cola de dos litros. Pasó ...
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