1. Cornudo desde una jaula


    Fecha: 05/02/2020, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Moncho37, Fuente: CuentoRelatos

    ... en un portal estrecho con unas escaleras al fondo e iluminado por una única bombilla mugrienta que colgaba del techo por su mismo cable, y el pasillo no presentaba mejor aspecto de lo que indicaba el edificio desde la calle.
    
    Casi se me estaba olvidando la calentura acumulada durante los últimos días al ver donde nos estábamos metiendo, pero Laura ya caminaba segura por el oscuro portal y empujaba decidida una puerta entreabierta en la pared de la izquierda. Tras cerrarla a nuestras espaldas, nos encontramos en un pequeño recibidor sin ninguna luz, con una puerta cerrada a nuestra derecha y otra, justo al frente de la que colgaba una enorme cortina de basta tela roja que nos impedía ver lo que había al otro lado. Hasta ese momento aún no habíamos visto a nadie, no oímos ninguna voz que nos invitara a entrar o nos estuviese esperando dentro, ni siquiera cuando Laura aparto la cortina con su brazo y entramos en una curiosa habitación vimos ningún indicio de que hubiera allí alguna persona. Entramos en una especie de local cuyas paredes seguían mostrando un aspecto viejo, pero en este caso, todo cuanto nos rodeaba parecía estar pulcramente limpio, iluminado todo por varias lámparas antiguas y de distinto estilo que colgaban del techo separadas varios metros entre ellas.
    
    Pero lo más sorprendente y lo que primero llamó mi atención fue una enorme jaula, del tipo de las que se usaría para encerrar a un loro, pero de unos dos metros de alto y compuesta en su base por una ...
    ... plataforma metálica redonda de aproximadamente un metro de diámetro, cuya puerta abierta daba justo de frente al amplio salón. En el centro del mismo y dando la espalda a la curiosa jaula, se destacaba un viejo sillón de dos plazas tapizado en rojo, convenientemente situado frente a dos típicos muebles que solo se hubiesen podido encontrar en un local de ambiente sadomasoquista.
    
    El primero y más grande de ellos no dejaba de ser otra especie de jaula rectangular de aproximadamente dos metros de largo por uno de ancho, y una altura que no superaba el metro veinte. Perfectamente se hubiera podido encerrar en ella a tres o cuatro personas de complexión normal, pero además tenía la particularidad de estar acolchada y forrada de brillante cuero en su parte superior, lo que la convertía en una pequeña celda provista de una confortable cama en la azotea de aspecto fetichista.
    
    A solo unos pasos de ella, descansaba también una especie de potro recubierto de cuero y con unos brillantes asideros en cada extremo, destinados sin duda a inmovilizar a alguien sobre él mediante cuerdas o cadenas. Mi asombro era monumental mientras contemplaba la curiosa habitación a la que me había llevado mi mujer, y una gran cantidad de pensamientos empezaron a tomar forma dentro de mi cabeza, desde la imagen de follarme a Laura sobre la jaula rectangular, hasta el hecho de encularla salvajemente después de encadenarla con el trasero bien expuesto encima del fascinante potro de cuero.
    
    Con esas ideas en la ...
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