Viaje de trabajo: Otra historia con mi jefe
Fecha: 07/02/2020,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Wild Skin, Fuente: CuentoRelatos
Luego de entregar aquel importante proyecto y entregarle mi cuerpo a mi jefe, comenzaron las obras de construcción, mi jefe se iba a ganar unos buenos reales con ese proyecto y yo siempre salía muy beneficiado… me había convertido en su puta personal, de vez en cuando le mamaba el guevo en su despacho, y en dos ocasiones nos quedamos hasta tarde haciendo horas extras, él me hacía regalitos o bonificaciones salariales y como yo andaba soltero mi culo se lo dedicaba sólo a él.
El proyecto debía construirse en Barquisimeto, así que él viajaba frecuentemente y pasaba tres o cuatro días en aquel lugar… yo me encargaba de organizar sus viajes, reservar su hotel y comprar sus pasajes, cosas de asistentes. Lo extrañaba cada vez que se iba, pero me alegraba recibir sus mensajes o llamadas cuando ya estaba de vuelta.
En fin, para uno de esos viajes, el que le tomaría más días, me indicó que debía comprar pasajes para él y para mi… de inmediato me explotó la cabeza con la cantidad de imágenes… me volví loca nada más de pensar que tendría a mi macho tanto tiempo sólo para mí. Que no tendría que compartirlo con su esposa… ¡fascinante!
Compre los pasajes y reserve dos habitaciones en el hotel de costumbre, una junto a la otra. Al llegar al lugar e instalarnos, deje mis cosas, me metí en su habitación y allí mismo, cansados del viaje pero con muchísimas ganas nos desvestimos, su sudor me tenía muy excitado, y de inmediato baje hasta su cintura, le quité los bóxer y me hundí en ...
... sus bolas, me embriague con su olor, las lamí, las bese, las acariciaba mientras engullía su guevo divino, su erección no tardó. Se sentó en el borde de la cama y yo en cuatro en el piso, de frente a él y mamando como si no hubiera un mañana, él se puso más duro al verme con un hilo muy femenino que hacía ver mis nalgas regias… un lacito coronaba el final de mi raja, era como un regalo para él. Acariciaba mi espalda y con el roce de sus manos yo la encorvaba levantando más mi cola, se inclinó hacia adelante y me dio unas nalgadas que no esperaba, luego las apretó y con su dedo lleno de saliva acarició mi agujero produciendo cosquillas que me erizaban la piel.
-que buena puta me has salido, así me gusta: obediente, atenta, sumisa y dispuesta a cualquier cosa sin preguntar.
“Sin preguntar”. Ciertamente desde el inicio entendí mi posición en esta relación. Yo tendría privilegios siempre y cuando no lo metiera en rollos. Debía ser a los ojos de todo el mundo su asistente. Y en secreto su amante, sin romance, sin delicadezas, sin palabras lindas, sin compromisos de una relación larga y estable. Sólo sexo del bueno, puro sexo como y cuando él lo quisiera… y sinceramente yo estaba gozando demasiado como para preocuparme por esos detalles, lo que más deseaba era ese sexo sin complicaciones. Su hermoso y rico guevo taladrándome las cavidades, así que dije sí en todo momento y acepte sus condiciones.
De un pequeño jalón me levantó del suelo. Él se puso de pie, me tomo por los ...