Cristina (3)
Fecha: 12/02/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos
... euros, no 200, mejor 300
—¿Y por qué no 1000?
—Vale, con 1000 euros seré una tumba.
Cristina, que junto a Mariola, tenía su bonito trasero apoyado a la mesa de la cocina, le dijo a su amiga:
—No digas eso, cariño, no digas eso que en las tumbas están los muertos —y luego la besó.
—¡¿Quieres que te de 1000 euros por hacer de mi hija una tortillera?!
Cristina, seguía en su mundo.
—No, papá, a hacer tortilla no me enseñó, me enseñó a correrme, en todo caso sería una corredora.
Mariola, al ataque.
—O una orgasmadora, si existe esa palabra.
Agustín, era un hombre de negocios, curtido en mil batallas. No iba a dejar su vida en manos de una mocosa.
—¿Cumpliste 18 años el mes pasado, ¿no, Mariola?
—Cumplí.
—¿Me equivoco si digo que aún eres virgen?
—Se equivoca. Ya probé un consolador y un vibrador.
Cristina, los interrumpió.
—Pero esos eran dos niñatos. Deja que hable mi papá, cariño.
Agustín, le dio a la cabeza. No le extrañaba que Mariola, se la metiera doblada a su hija.
—A ver, Mariola. ¿En vez de 1000 euros quieres que te de 2000?
—¿Quiere follarme?
—Sí, con mi hija mirando.
Cristina, no los iba a dejar.
—¡De eso nada! Yo quiero participar.
—Vale, participas. ¿Hay trato, Mariola?
—Hay trato.
—Ir para la habitación que dentro de un rato voy yo.
Las dos jovencitas, cogidas de la mano, se fueron a la habitación de Cristina.
Al llegar, le dijo Cristina a Mariola:
—Estoy impaciente por ver como ...
... entra el pene gordito de mi papá en tu cosita.
—¿Tú no lo vas a follar?
—No, no sé cómo hacerlo, pero si me quiere follar él a mí...
Se desnudaron, y en la cama, boca arriba, le dijo Mariola a Cristina:
—¿Nos vamos calentando mientras no viene tu padre?
—¿Cómo?
—Tú me masturbas a mí y yo te masturbo a ti.
Se empezaron a masturbar, y le dijo Mariola a Cristina:
—Cierra los ojos y piensa que mis dedos y mis besos son de algún hombre que te guste.
—¿En quién vas a pensar tú?
—En tu padre, ¿Y tú?
—También voy a pensar en él.
Agustín tardó media hora en Subir. El tiempo que le hizo falta para que la pastilla de viagra le hiciera efecto. Desnudo, empalmado, y con una tarrina de mantequilla en la mano, vio a su hija y a Mariola, con los ojos cerrados, masturbándose. Los gemidos de las jóvenes le decían que estaban a punto de correrse. Se subió a la cama. Ellas seguían con los ojos cerrados. Se arrodilló. Untó dos dedos de cada mano con mantequilla. Quitó los dedos de ellas de los chochitos y les metió los suyos. Ni diez segundos tardaron en correrse. Los gemidos y sacudidas de Cristina y de Mariola, hicieron que la polla de Agustín, echase cantidad de aguadilla.
Al acabar de correrse, le dijo Mariola a Agustín.
—Has masturbado a tu hija. Fóllala y acaba el incesto.
Cristina, salió en defensa de Agustín.
—En realidad, hija, hija, no soy. Soy hija política. Mi madre se casó con él después de morir mi padre.
—No lo sabía.
—Es que ...