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SANTIAGO, mi compañero de escuela.
Fecha: 13/02/2020, Categorías: Gays Autor: ManuelTwz, Fuente: SexoSinTabues
... pasar entre nosotros. De hecho, me apoyo varios meses, mas y cada vez que lo hizo, sentía su matambre cada vez más duro detrás de mi espalda, y mientras hablábamos como si no pasara nada. Cada tanto salíamos para escuchar el sonido, o yo bajaba para ver que todo estuviera bien, y asegurarme de que nadie subiera. Por la ventana de la cabina, poco se veía de nuestra cintura para abajo, y supongo que nadie tampoco veía a los boludos de sonido cuando el show, era en el escenario, debajo de nosotros. Tras las dos primeras horas, cuando se acabaron los concursos de canto, baile, y de elección de reina y rey, todos los alumnos se fueron jugar fuera al futbol, al vóley, o a las aulas jugar a las cartas, si es que estaban mojándose unos a otros. Yo recogí los cables, los micrófonos, y toda la mierda de sonido, y cuando la fui a guardarlas en la cabina. Santiago cerró la puerta, me agarro con su puño de mi remera, y mirando que nadie estuviera mirando para arriba, me arrastro por debajo de la mesa de sonido, y me comió la boca. Primero fue un par de picos, luego sus labios atraparon los míos, y tras eso su lengua se coló en mi boca, húmeda y caliente para enredarse con la mía. Su barba de dos días me pinchaba, pero no me detuvo de corresponderle con la misma efusividad. Allí abajo, en el suelo de la cabina estábamos seguros, de la mirada de toda la muchedumbre que hacia ruido abajo en el gimnasio, o en los patios. Yo aproveche para meterle mano por debajo de su pequeño short, ...
... agarrándole todo el paquete que me había estado apoyando durante las últimas dos horas. Tenía la pija media dura y húmeda por el líquido pre seminal, que había segregado de tanto frotarme durante las dos últimas horas. --¿Me la quieres comer? -- me pregunto cuando yo tenía su matambre caliente y bien dura sujeta mi mano, debajo de sus shorts. Yo asentí relamiéndome la boca, mientras el cuerpo me vibraba de adrenalina, sentía como si me fuera a mear del miedo, me cosquilleaba todo el cuerpo. Santiago, se sentó en el piso apoyado contra la puerta de entrada, se bajó el short, dejo libre su pija, y la sacudió sacudió invitándome a chuparla, mirándome lascivamente. No lo dude y fui a por ella. Primero le chupe la cabeza, mientras el gimió estremecido por el contacto de mis labio y lengua con su glande. Le lamí todo el líquido pre seminal caliente que humedecía su pija, era como una miel liquida de sabor levemente salado. Procuré chuparle todo el líquido de la cabeza y luego comencé a lamerle el tronco de su venosa pija. La mía no era ni tan grande, no se le marcaban de forma tan bestia las venas, y mucho menos tenía el bello tan crecido y abundante. Santiago intento ahogar sus gemidos, se relamía los labios, y serraba los ojos, aturdido por la chupada que le estaba dando. Para hacerlo más cómodo para mí, le bajé su pequeño short, al liberar sus huevos, comencé lamiéndolos y luego llevármelos completo a la boca, mientras con una de mis manos le masturbaba. Me tragué aquella grasa, húmeda, ...