Sexo con mi cuñada
Fecha: 14/02/2020,
Categorías:
Hetero
Autor: reyherodes, Fuente: CuentoRelatos
... ya que vivía cerca de otra de sus hermanas y debía ser algo discreto, así lo hicimos, nos tomamos una bebida malteada y decidimos alejarnos un poco de la zona para evitar problemas, cuando íbamos ya en el camino (sin destino definido), nuestras miradas decían que ya era el momento de dar rienda suelta a nuestra lujuria prohibida y cohibida por tanto convencionalismo social, solo éramos un hombre y una mujer que se deseaban, pero estaban frenados por el que dirán y bailando en la frontera de la traición, pero era delicioso ese ritmo.
Paramos en un lugar solitario y seguro, apague el carro y nos quedamos conversando dentro de el mismo, sus señales corporales me invitaban a la fiesta, sus mejillas ruborizadas, su lengua humedeciendo sus labios secos por la angustia, el deseo y la pasión, sus pezones erectos, su piel de gallina y su repentina sudoración me hizo que me le abalanzara encima y la besara apasionadamente, lo cual ella no dudo en responder con pasión y lujuria y oh sorpresa, nuestra sincronización en ese beso nos hizo darnos cuenta que éramos 100% compatibles hasta ese punto, luego de ese beso delicioso, ella cayó un poco en conciencia diciendo que no era posible que eso pasara, que estaba mal, etc. Pero, por otro lado estaba ese deseo por ese tan esperado encuentro, nos besamos un par de veces más y cada vez había más calor, más pasión y más lujuria, rozaba sus senos por encima de la ropa y sentía como se estremecía de pasión y fue cuando le propuse irnos a otro ...
... lugar a terminar lo que habíamos comenzado, ella con algunas dudas no se negó y me invitó a que decidiera yo, por lo que antes de decir nada, encendí el carro y fui en dirección a un hotel de paso que fuera discreto.
Llegamos al lugar a la caseta del hotel en unos 10 minutos, pagamos y cuando nos estacionamos frente a la habitación, dejamos salir más la lujuria que teníamos reprimida desde hace algún tiempo ya, aun sin bajarnos del carro, nos besamos, nos toqueteamos, en fin, fue un delicioso preámbulo antes de finalmente entrar en aquella habitación donde nos despojaríamos de los temores, la conciencia y la culpa.
Entramos y nos miramos como diciendo, ya estamos acá, somos adultos, con culpa y sin ella, como unos adolescentes, pensando con los genitales, comenzamos a besarnos y desvestirnos mutuamente, cada quien conociendo la anatomía del otro, ame sus pechos inmediatamente, eran pequeños al igual que sus pezones, siempre he amado los pechos así, los besé, los mordisqueaba sin llegar a lo salvaje y oh sorpresa, ella estaba en el cielo, descubrimos que había otra cosa en común, el gusto por algunos dolores producidos por un ligero masoquismo que nos invadía a ambos.
Ella descubrió mi pene y en señal de saludo, comenzó a besarlo, chuparlo y succionarlo de una manera excelsa, no podía esperar menos, era una mujer experimentada y sin ningún tipo de inhibición, fue perfecto, estuvimos largo rato besándonos, explorándonos, conociéndonos, era extasiante sentir el roce de ...