Por fin se me dio - Relatos Eróticos

Por fin se me dio

Por fin se me dio Luego de mi jubilación, el tiempo libre se apoderó de mi, siempre fui inquieta y muy activa, ahora la cosa se había puesto demasiado tranquila, que hacer? Sufraguista?, rebelde?. Piquetera?, nunca me apasionó nada de eso, he sido productiva toda la vida porque ahora de vieja me haría símbolo de la vagancia y el delito. La tv y la radio son y han sido mis entretenimientos caseros, los continué pero mas activamente, deje de ser una sencilla oyente y vidente para tratar de participar, por ello me enganche en cuanto programa interactuaba con su publico, generalmente incitándolos a ello con premios, la mayoria bien pedorros, pero algunos buenos como entradas al cine o al teatro gratis o con muy buen descuento. El problema en varias ocasiones fue encontrar con quien compatir pues la mayoria eran para dos personas, cuando no para cuatro, mas difícil aún. De los ofrecidos fui destinataria de algunos pues mis conocimientos de música, farandula, cine e historia son bastante bastos. Mi memoria me ayuda sobremanera. Ete aquí que participo en un certamen cuyo premio era una noche de amor de ensueño en el hotel mas cotizado de la ciudad. Una noche lo gano y me citaron a recibirlo en persona en el canal televisivo antes que terminase en programa. Les prometo mi asistencia y apresurada me trato de poner ropa adecuada y arreglarme para no pasar papelones, pues seguro hay una breve salida en cámaras. Pensé voy sonrio, lo acepto y luego veré cuando y con quien lo disfruto. ...

... Llego me presento, chequean mi identidad y demás datos que en su momento había aportado, faltaba mas de media hora de programa, me asignan un asistente para que me acondicionen para salir al aire. Un joven muy elegante delgado y alto de no mas de veinte años, un niño, quien me trata muy amablemente y me lleva a maquillaje, allí me pasan una serie de cremas y polvos en la cara a fin de que la luz no se refleje, me delinean los ojos y me colocan el micrófono/audifono con la cajita atrás en la cintura, me piden de ninguna manera me vuelva, para que no se vea la cajita. La prueban y el joven me lleva a un lugar detrás de bambalinas de donde se transmitia el programa con otros sorteos. Rápido, me hacen pasar, me hacen una serie de comentarios y me dicen como todavía tenemos tiempo podemos hacer la entrega en el sitio, y alla vamos. Me meten en una limusina y llego al hotel, había gente en la entrada que me aplaude y desea felicidades, yo entro acompañada por el chico asistente. El me pregunta, y su galan?, no se luego veré a quien invito, cuando tenga que pasar la noche de ensueño. El joven se comunica por teléfono con sus superiores y recibe ordenes, yo no las escuché. Con cámaras nos precedían entramos al hotel y nos dirigimos a la suite presidencial, allí estaba el conductor del programa con un baucher en un carton gigante que representaba el premio, palabras, elogios, agradecimientos y salida de toda la comitiva menos del joven asistente que se quedó para acompañarme, al menos ...