-
Patas arriba (V)
Fecha: 20/02/2020, Categorías: Gays Autor: Anderson, Fuente: CuentoRelatos
... la siesta, lo que primero surgiera. Él estuvo de acuerdo y cuando entramos cerré con pestillo. - No quiero que nos interrumpan, quiero estar contigo y nada más. - Como quieras, Vanya –tuve que darle un rápido pico, amo que me diga así-, ¿te molesta si me quito la camiseta? No lo dejé continuar, me quité la mía y empecé a besarle con pasión, no es que me muera por tirármelo, pero me encanta sentir su pecho lampiño contra el mío, es una sensación única, supongo que la primera vez siempre lo es, en mi caso, va de maravilla. Poco después estábamos en bóxer y con erecciones evidentes, pero no quise forzar las cosas y lo dejé a él marcar el ritmo y decidir si continuábamos o lo dejábamos allí por el momento. Sin embargo, Ricardo se quitó el bóxer y se acostó en mi cama y me hizo señas para que lo acompañara. No tuvo que rogar mucho, me desnudé y me acosté junto a él, le di un beso y recosté mi cabeza en su pecho, aunque no pasé de allí. Después de algunas caricias en mi pelo la mano libre de Ricardo buscó mi pene y me dijo: - Vanya, mi amor, ¿puedo? Me derretí, lo confieso, eso ya era demasiado para mi corazón, el hombre que me gusta tocándome el pene y pidiéndome permiso de la forma más dulce posible para hacerme el amor; sólo le advertí que tuviera cuidado porque era mi primera vez más allá de una paja. Ricardo se puso nervioso, también era su primera vez con un chico, pero decididamente acercó su boca a mi pene y lo besó. Vi las estrellas, toqué el cielo ...
... con las manos, esto era mejor que todos mis sueños húmedos juntos. Luego empezó a recorrer todo mi falo con su lengua para finalmente metérselo a la boca, primero fue poco a poco hasta tenerlo todo dentro, luego empezó el mete-saca hasta que casi me hace acabar, pero se detuvo antes, me besó en la boca y se volvió a acostar, supuse que era mi turno y aunque era mi primera mamada intenté hacerlo lo mejor que pude, lamía su pene, lo besaba me lo tragaba entero, sus gemidos me decían que le gustaba y eso era todo para mí. Después de un rato me detuvo y me hizo acostarme, luego se acostó sobre mí y empezó a hacer unos sensuales movimientos de cadera que me prendían más, si era posible. La sensación era maravillosa, nuestros penes se acariciaban entre la presión de nuestras incipientes tabletas y se sentía de maravilla. No duramos mucho rato así y acabamos. Después de darnos una ducha juntos en el cuarto de baño de mi habitación volvimos a la cama, nos acostamos y Ricardo me abrazó, recostando mi cabeza sobre él de nuevo y me dijo que por hoy era suficiente, que quería ir poco a poco, conocernos y disfrutarnos, nos besamos y nos dormimos el resto de la tarde. Cami - Ester, Pedro, os reuní, aunque sé que no os conocéis de nada porque tengo una confesión que haceros… Continuará… Chicos, gracias por leer, vuestras opiniones son muy importantes para mí, de hecho, en este relato se insinúan algunas cosas que me habéis pedido… otras vendrán luego… para los que podéis ...