Mi tío, su novia y yo - Parte II: Nuestra primera vez juntos
Fecha: 20/02/2020,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Dulce Fuego, Fuente: CuentoRelatos
... extremo contrario de donde yo me senté. Manuel me abrazó naturalmente y nos besábamos a ratos como dos noviecitos que salen por primera vez. Pero ya sabes que me excito mucho con los besos, así que cada vez que comenzaba uno, yo no quería que Manu parara. Para cuando la película iba por la primera media hora, Manuel ya se agasajaba en mis senos. Entonces me acerqué a su oído y le dije -¿Recuerdas que te gustan las mujeres que no usan ropa interior? Pues tampoco traigo nada abajo- Al escucharme, él solo sonrió sin dejar de ver la pantalla, luego se inclinó para escuchar un breve comentario que le hizo Karen y después sacó su mano de mi busto para ponerla bajo la falda y llegar hasta mi panochita, que ya lo esperaba húmeda por los ricos besos que nos habíamos estado dando. Acerqué su cara a la mía poniendo mi mano en su mejilla y lo besé mientras él comenzaba a masturbarme dulcemente. Al poco rato yo estaba ardiendo, quería más, y luego de deleitarme sintiendo la tensión de los riquísimos músculos del brazo que él había extendido para dedearme, sentí un implacable deseo de tocar su verga, así que deslicé mi mano hasta ponerla entre sus piernas y me llevé una gran, gran sorpresa cuando me disponía a masturbarlo y lo digo no por el tamaño de su miembro, que era de proporciones bastante generosas como ya lo había comprobado la noche anterior. Lo que me sorprendió mucho fue sentir entre las piernas de Manuel el tacto de una mano que me resultó muy familiar... Karen, sentada al ...
... otro lado de Manu, había metido su mano por el sierre abierto de su pantalón y acariciaba vigorosamente el suculento trozo de carne del hombre. Volteé a ver a Karen, quien con un gesto de fingida ingenuidad encogió los hombros y me sonrió con picardía cuando noté que además de estar tocando a Manuel, al otro lado de su asiento, hacía lo mismo con mi tío Pablo. Bueno, eso explicaba lo del comentario que le hizo Karen, le había avisado que quería masturbarlo.
Mi mano acompañó a la de Karen y juntas acariciamos, rodeamos y estimulamos el alargado miembro de Manu, quien continuaba besándome y dándome placer con sus dedos moviéndolos cada vez más rápido en mi cavidad. La mano de Karen rodeó con fuerza el pene de nuestro amante por la base y con lentos movimientos hacia arriba y hacia abajo lo iba poniendo durísimo mientras mis dedos esparcían el liquidito que iba sacando el miembro excitado de Manuel. Yo me puse tan caliente que no aguanté más y dejó de importarme si alguien en aquella sala semivacía podía verme, entonces me incliné hacia la cadera de Manuel y bajé el elástico del bóxer y con la ayuda de Karen, liberé su verga que lucía una gruesa gotita de líquido preseminal en la punta, la extendí por todo el glande con mi lengua mientras mis labios se aferraban al rededor de mi presa y comencé a chupar sin poder evitar que mi saliba escurriera por los dedos de Karen. Manuel encontró mi botoncito y se puso a embarrarlo con mis jugos haciendo movimientos lentos, riquísimos, si ...