Como cerdos al matadero
Fecha: 23/02/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: diosapuerca, Fuente: CuentoRelatos
... preciosas... ¡todavía más grandes!!! ¿lo ven???"
Tenían razón: ¡aquellos chorizos, eran todavía más escandalosamente grandes que los de los otros tres primeros!!!
Mariana, pidiéndonos con disimulo que la cubriésemos sin que ellos pudieran verla, comenzó a abrir su cartera... y rompiendo aquellas ampollas de vidrio donde estaban aquellas drogas que ella en su cartera había guardado, comenzó a volcarlas una a una, en una de las botellas de cerveza...
Obviamente todas, de inmediato comprendimos la idea. Las sonrisitas por demás cochinas en todas, comenzaron a brotar en las siete.
-¿"De veras que quieren cerveza, chicos..? los convidamos...vengannn!" -Les exclamó Mariana mostrándoles la botella.
Como accionados por un resorte, se levantaron acercándose hasta nosotras, exultantes de felicidad...! (jaa, ja, ja, ja, jaaa)
Mariana les alcanzó la botella, que de inmediato comenzaron uno tras otro a empinársela peleándose entre ellos para tomarla, hasta que entre los siete en cosa de un minutito...la vaciaron bebiéndosela todita. Nosotras, mirándonos... nos reíamos como las más perversas cochinas! Mirándolos para ver el efecto que aquello les hacía, no demoramos en ver cómo cada uno, rápidamente, comenzaban a mostrar síntomas de un estado de "rara" ebriedad, pero acompañada de una visible sobreexcitación erótica que los hacía suspirar y gemir, morderse los labios y como suplicantemente mirarnos implorándonos "amor", pero, ya, en un loco estado de extravío sin poder ...
... siquiera articular palabras y hasta retorciéndose de excitaciones sexuales imponentemente monstruosas.
Eva... bailaba alzando los brazos festejando cochinamente eufórica, moviéndoles el culo para encenderlos más de lo que ya, aquellos pobres estaban.
-"¡Chicas...esto es demasiado fácil!!!" Exclamó riéndose una, y agarrando al primero mientras nos indicaba que había llegado la hora de llevárnoslos a todos, sin demoras ni escrúpulos, comenzamos la operación de agarrar cada una a cada uno, saliendo raudamente hacia las camionetas llevándolos, marchando ellos como muñecos que caminaban sin oponer resistencia ninguna.
Los íbamos metiendo en las camionetas con la mayor velocidad posible, mientras ya las puertas iban cerrándose en aquellos portazos ¡slam! ¡slam! ¡slam! ¡slam! y ya todas nosotras y ellos adentro.... ¡ZUUUUUMMMMMMM! ¡Como flecha salimos de allí!
Como volando ya las camionetas por una ruta, las siete íbamos meta carcajadas y gritos, mientras ellos eran un continuo gemir y suspirar sin poder hacer nada más que demostrar una hiper-calentura sexual que los había dejado sin fuerzas en los brazos pero ardiendo virilmente como verdaderos volcanes, mientras los llevábamos hasta una finca de campo abandonada donde solíamos reunirnos en nuestros paseos, para allí, tenerlos en aquel cautiverio erótico que en capítulo siguiente si acaso éste recibiera comentarios aprobatorios, continuaría para contar "en detalles", lo que aquello fue entre nosotras y aquellos hermosos ...