1. Recuerdos de instituto


    Fecha: 24/02/2020, Categorías: Gays Autor: txuso, Fuente: CuentoRelatos

    Rebeca era mi mejor amiga, nos conocíamos desde niños, pero ella había sido más precoz, había estado con varios chicos y en ese momento tenía novio, un chico que estudiaba medicina en la universidad. En cambio yo, a mis casi dieciocho cumpleaños, aún era virgen. A lo más que había llegado era a besar y tocar sin demasiada fortuna, y ella siempre me decía que era por mi timidez, que debería lanzarme, pero cada vez que lo intentaba no me acompañaba la suerte.
    
    Un día, caminando hacia el instituto, me preguntó:
    
    ¾¿Has pensado ya en tu regalo?
    
    ¾No, nunca lo hago.
    
    ¾Pues queda una semana para tu cumpleaños, no me hagas esperar al último día que luego no tengo tiempo para comprar.
    
    ¾Lo pensaré estos días y te lo digo.
    
    ¾Pero no me pidas otro disco ni otro libro, sé un poco más original que siempre me pides lo mismo.
    
    Unos días después, de regreso del instituto, íbamos caminando y charlando hacia nuestro barrio cuando se me ocurrió la idea.
    
    ¾Ya he pensado en mi regalo.
    
    ¾Bien, dime, ¿de qué libro o disco se trata esta vez? - Y sonrió malvada.
    
    ¾He intentado ser más original, como me dijiste.
    
    ¾Eso suena bien, venga, sorpréndeme.
    
    Hice unos segundos de silencio, no había pensado en cómo pedírselo.
    
    ¾Venga – inquirió ella -, dilo que te escucho.
    
    ¾Es que no es un regalo material.
    
    ¾Bueno, lo que sea, tú dilo.
    
    Tragué saliva.
    
    ¾Verás, es que como tú bien sabes, aún soy virgen.
    
    ¾Espera, ¿no estarás pensando en pedirme que me acueste ...
    ... contigo?
    
    ¾Bueno...
    
    ¾Sabes que tengo novio y que estoy enamorada, no puedo hacer eso.
    
    ¾De acuerdo.
    
    ¾¿Ves? Eso es lo que no debes hacer, ese el motivo por el que sigues siendo virgen con casi dieciocho años. Debes insistir, no rendirte a la primera, pero no conmigo, sino con las demás.
    
    ¾No me gusta ser pesado.
    
    ¾Pues es preferible ser pesado a ser virgen, que lo sepas.
    
    Callé y seguí caminando a su lado. Llegamos a la esquina donde nos despedíamos cada día. Ella tomó su calle y yo la mía, en dirección opuesta.
    
    Llegó el día de mi cumpleaños. Recogí a Rebeca en la esquina de siempre a primera hora, me besó, me felicitó, y nos encaminamos hacia otro día de clases.
    
    ¾Al final no me dijiste qué regalo querías, he tenido que improvisar.
    
    ¾Mejor, así esta vez el sorprendido soy yo. ¿Lo tienes ahí?
    
    ¾Te lo daré en su debido momento.
    
    Estábamos en clase de latín, sentados en la última fila uno junto al otro, como de costumbre. El profesor explicaba en la pizarra unas conjugaciones y nosotros tomábamos apuntes. De pronto noto una mano que se desliza por mi muslo y se posa sobre mi paquete. Mi primera reacción fue paralizarme unos segundos, no sabía como proceder. Rebeca me miró y sonrió al ver mi reacción y el efecto inmediato que su mano me había provocado, mi polla se puso dura en escasos segundos. Se acercó a mi oreja.
    
    ¾Ábrete los pantalones – me dijo al oído.
    
    ¾¿Estás loca? - Pregunté.
    
    ¾Bueno, si quieres tu regalo debes hacerlo, si no lo perderás – y retiró la ...
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