1. Una antigua amiga del colegio se convirtió en mi amante


    Fecha: 21/09/2017, Categorías: Infidelidad Autor: afuentes, Fuente: CuentoRelatos

    Hace algunos años me reencontré con unas viejas amistades del colegio en una pequeña fiesta, todos muy cambiados después de casi 20 años. Al final de la fiesta no faltaron las fotografías para recordar el momento. Meses después recibí la solicitud de amistad de una ex-compañera que no fue a esa fiesta porque reside en otro estado del país. El nombre me sonó conocido así que la agregué y comenzamos a platicar de todo, de cómo había ido la fiesta, de a que nos dedicábamos, ya saben, poniéndonos al corriente de cómo nos había ido la vida. Resultó ser que ella había elegido estudiar medicina y ya tenía algunos años ejerciendo.
    
    Así transcurrieron varios días de platica inocente hasta que me dijo, "en las fotos de la fiesta te ves fornido, en la escuela eras muy delgado y no me gustabas". Y solo eso bastó para contestar con la pregunta obligada... "¿entonces ahora si te gusto?"
    
    De ahí en adelante no paraban los coqueteos y la idea de vernos personalmente, por momentos parecía que el encuentro solo sería para vernos y tomar café, pero otras veces al calor de los coqueteos dejábamos ver la posibilidad de algo más.
    
    Llegó el día del encuentro, quedamos vernos en una plaza comercial sobre la carretera que ella utilizaba para venir a la ciudad, así que yo acudí sin auto a la cita para encontrarnos más fácilmente y viajar juntos en el suyo. Al principio todo normal, fuimos a comer, platicamos un poco de todo hasta que retomamos "sin querer queriendo" los coqueteos. Al salir del ...
    ... restaurante nos subimos al auto, los dos un poco nerviosos porque como ustedes comprenderán en estos casos. Ella era una dama y yo un caballero incapaces de hacer algo incorrecto.
    
    Apenas nos subimos a su auto y ella cerro los seguros, nos dimos un gran beso francés, tratando en lo que cabe de guardar la compostura y no llamar mucho la atención de los guardias o la gente en el estacionamiento.
    
    El nombre de ella lo reservo para mí, pero debo decirles que mi doctora nunca fue muy agraciada cuando éramos jóvenes, y ya de adulta había aumentado algunos kilos así que no es la típica belleza que uno voltearía a ver por la calle. Sin embargo, tenía un no sé qué que la volvía atractiva y más por su trato amable y cordial.
    
    No sé si era su 1.70 de estatura, su piel blanca, su mirada pícara o sus pechos generosos. Toda ella en su conjunto tenía algo que llamaba mi atención.
    
    Después del beso francés solo medio articulamos algunas frases... Recuerdo haberle dicho...
    
    - ¿quieres que vayamos...?
    
    Ella respondió tímidamente...
    
    - si... Pero... ¿donde?
    
    Y después de manejar durante un rato, de comenzar a relajarnos. De caricias en sus piernas y pequeños besos en los semáforos que encontrábamos en el camino. Llegamos a un motel. Al entrar en la habitación nos sentamos en un sofá y comenzamos a besarnos. Cada beso aumentaba la temperatura y nos terminaba de quitar la poca pena que pudimos haber tenido.
    
    La llevé a la cama, y recostados seguíamos besándonos y poco a poco nos ...
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