Mi amiga me enseña a ser trabajadora sexual
Fecha: 25/02/2020,
Categorías:
Bisexuales
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Luego de mucho pelear con mi familia y no soportar más la presión de no tener un espacio tranquilo donde estudiar, decidí irme a vivir a la casa de mi mejor amiga, Mery.
Mery y yo somos amigas desde muy pequeñas y es un año mayor que yo. Desde muy chica noté que Mery era mucho más extrovertida que yo, además de saber hablar y posicionarse socialmente muy bien.
Con el pasar de la adolescencia ambas comenzamos a salir con chicos. La diferencia entre ella y yo es que yo me enamoraba y aspiraba a relaciones "serías" y monogamicas. Nunca entendí porque Mery no sentía nada especial por las personas que frecuentaba. Sin embargo eso no significaba que ella fuera una persona fría, pues nuestra amistad es una de las cosas más fuertes emocionalmente que he vivido.
Cuando ambas empezamos a desprendernos de la escuela para entrar en la universidad, Mery eligió irse pronto de la casa de sus padres, por conflictos similares a los míos. Para poder pagar sus estudios y su nuevo departamento alquilado, decidió empezar a cobrar por sexo. En un principio me enoje mucho con ella, y me preocupé. Mery se veía tranquila y firme en sus decisiones, mientras yo me sentía muy preocupada. Esto produjo silencios. Ambas empezamos a evitar el tema. Ella no me contaba su experiencia, yo no preguntaba.
Así fue hasta el día en que cai a su casa llorando.
-Amiga... Mamá ya no aguanta que estudie humanidades. Dice que no traigo un centavo a la casa y no me ocupo de ayudar en la limpieza lo ...
... suficiente... Ayer reprobé por dedicarme a la limpieza del baño cuando no era mi turno. Papá se lo pasa viendo fútbol y rascándose en el sillón.
-Ana querida, siempre lo mismo... No estás cansada de no poder solucionar esta situación?
Claro que estaba cansada de mi situación. Pero no sabía qué hacer al respecto. Muchas veces pensé en alternativas, pero la situación económica en mi país dificultaba mucho la búsqueda laboral.
Esa tarde pasé muchas horas hablando con mi amiga. En algún punto, quizás entre el porro y la cerveza nos sinceramos. Ella me propuso intentar un turno de trabajo sexual. Me comentó que ella podía recomendarme a algun cliente confiable, e incluso pactar una sesión compartida, para que yo aprendiera y no me sintiera tan aterrada de la situación. No sé cómo llegamos a este punto. Solo sé que de pronto estábamos charlando una muy cerca de la otra, y más que pensar en aquel supuesto tercero, pensaba en la idea de compartir con ella.
Lo pensé un par de semanas. Esos días frecuenté la casa de Mery, sin tocar el tema. Sentía mucha vergüenza. Mery se veía tranquila e incluso había empezado a contarme sus experiencias más abiertamente. Yo aprendí a escucharla e incluso naturalizar la situación. Al cabo de unos días al fin acepté la propuesta. ¿Que perdía por un solo intento y con algún hombre que según ella, sería de confianza?. Incluso mi mayor preocupación no era esa. Mis experiencias habían sido siempre heterosexuales, y sentía miedo de enfrentarme al ...