1. 40 grados bajo las sábanas


    Fecha: 25/02/2020, Categorías: Hetero Autor: Horny, Fuente: CuentoRelatos

    César se durmió a mi lado y yo sentí de nuevo que estaba en el mismísimo cielo, flotando en una nube junto al ángel de mis sueños. Por poco me pellizco para ver si estaba despierta o no. Por fortuna estaba bien despierta, no quería perder el tiempo durmiendo cuando tenía a este hombre desnudo junto a mí, en mi habitación del hotel, tan cerca que podía escuchar su respiración, cuando podía ver su cuerpo en vivo y en directo y no a través de una cámara en el Messenger.
    
    Definitivamente estar con él no había sido como me lo había imaginado tantas veces en mis noches de insomnio, sino mucho mejor; mis expectativas habían sido alcanzadas y superadas con creces tanto que me daban ganas de reír o de saltar sobre la cama, pero no quería despertarlo.
    
    Alguna vez escuché que mirar a una persona mientras duerme es como abrir una carta que no es para uno, pero eso me parecía una estupidez y más en este momento. Mi única intención era velar su sueño, mirarlo a mis anchas mientras no era consiente de ser observado, llenarme la mente con la vista de su cara tan plácida mientras le declaraba mentalmente mi devoción.
    
    Bajé la mirada por su silueta, por su perfil, retirando un poco la sábana roja la cual se resbaló deliciosamente por su costado. En cualquier otra circunstancia esas sábanas me habrían parecido de burdel, pero no en este caso. El rojo hacía que todo fuera más erótico… algo así como amor en rojo…
    
    Volviendo a la realidad hacía mucho calor y el material de las sábanas ...
    ... no ayudaba para nada. Además, estaban llenas de sus fluidos corporales y los míos. Decidí tomar una ducha que me ayudara a conciliar el sueño, pero ni eso me sirvió. Ya casi amanecía cuando logré dormirme recordando la plácida tarde y noche anterior en la cual César y yo habíamos dado rienda suelta a nuestra pasión guardada por muchos meses. Asimismo, recordé que él vivía con otra mujer, que a lo mejor lo había esperado despierta toda la noche, a la cual el seguramente le había mentido para poder estar conmigo. El corazón se me encogió entre sueños.
    
    Un par de horas después…
    
    ―Despierta perezosa – me dijo él –. Mira qué bonito día de final de verano hace. Recuerda que tenemos un par de planes pendientes.
    
    Yo lo observaba a través de las pestañas sin atreverme a abrir aún los ojos pues la luz los maltrataba. Quería dormir un rato más, pero sin duda prefería estar con él, escuchar atentamente lo que me proponía.
    
    ―Buenos días mi vida, – le contesté entre dormida y despierta – ¿Qué hora es?
    
    ―Las ocho – me respondió él besándome en los labios delicadamente.
    
    ―Mm, que rica manera de despertar, – le dije correspondiendo su beso con otro – ojalá todos mis amaneceres fueran así de dulces. ¿A propósito que decías de nuestros planes pendientes?
    
    ―Hace dos días reservé una casita rural – me dijo mirándome pícaramente.
    
    ―¿En serio mi cielo? – le pregunté saltando de la cama –. ¡Qué felicidad!... ¿Adónde es? ¿Hace dos días?
    
    ―Una pregunta a la vez princesa – me dijo el ...
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