1. La casa de las perversiones 2


    Fecha: 27/02/2020, Categorías: Incesto Autor: Hansolcer, Fuente: SexoSinTabues

    Hola cuñado – escuche decir a mi espalda. Era Yadira con su cara bonita y aquella sonrisa pícara, de chica que a pesar de tener 14 años ha vivido más experiencias que las de su edad. Hola – dije – sorprendido. Estaba en la letrina, con la verga en la mano orinando. Es más, pensaba que de hoy no pasaba que me cogiera a Ester. Llevábamos más de una semana de novios, más de una semana en que todos los días nos íbamos al traspatio de su casa y cachondeabanos en aquella banca de metal. Más de una semana en que yo terminaba con aquel dolor en los huevos y tenía que irme a mi casa a desahogarme con mi hermana. - ¿Porque tan solo? – preguntó – Era obvio. Estoy en el lugar donde se viene a cagar – pensé. Y con todo el descaro del mundo me giré aunque aún tenía la verga afuera del cierre. Sabía que la oscuridad era tal que no podría verme la pija en toda la extensión y quizá acostumbrada como estaba a follar con su hermano mi pajarito de 17 cm quizá no le provocara el deseo de tener sexo conmigo. Sin embargo ella había comenzado todo al entrar a aquella letrina de paredes de adobe y con un costal por puerta. Ella, quien desde el primer día había coqueteado conmigo, ella de quien se hablaba no podía cerrar las piernas a una buena verga. El movimiento estaba hecho por mi parte, ya dependía de Yadira si aceptaba el reto. Supe que había decidido entrar al juego porque en la oscuridad pude ver aquel brillo en sus ojos, su mano buscando atrapar lo que le había ofrecido. Me tocó suave, ...
    ... palpando mi garrote de punta a punta, sobando mis huevos, subiéndose y bajando mi prepucio en una suave paja que me hizo jadear ricamente. – Está rica esa verga – me dijo deslizando las palabras de una manera sensual y perversa. Se había topado a mi haciéndome sentir sus pechos erectos, firmes, grandes. Mucho más grandes que los de su hermana. Chupame las tetas – susurró como si tocar mi polla la tuviera al borde del extasis. Hice más que eso. Deje caer mis pantalones para que tuviera más libertad de acariciar mis cojones y mi polla, al mismo tiempo le metí la mano por arriba del elástico de su diminuta tanga hasta bajar y llegar a su peludo coño. Busque sus labios vaginales y abriéndome pasó empecé a jugar con mi dedo entre sus pliegues vaginales. Pude saber que Yadira lo disfrutaba, ella misma se saco los pechos y con voz entrecortada otra vez me pidió que se los chupara. Chupame los pechos amor, chupamelos. Era fácil saber que la debilidad de mi cuñada eran sus tetas, al roce de mi lengua en sus pezones se retorcía como si aquello le provocara el mayor de los gustos. Cogeme – dijo con un tono suplicante, como si no pudiera aguantarse más. Literalmente me tenía en sus manos, Yadira no había dejado de hacerme una paja. Mi polla totalmente parada, mis huevos a reventar de semen. De hecho antes de llegar Yadira por eso me encontraba en la letrina, estaba orinando porque estar cachondeando con Ester me tenía full excitado y con dolor en la parte baja. Necesitaba acabar. Sabía que ...
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