El juego del dado Parte 3: Primeros pasos
Fecha: 21/09/2017,
Categorías:
Confesiones
Autor: naniano, Fuente: RelatosEróticos
La memoria no me da para recordar si aquella misma noche fue el momento en el que imité al actor aquel de la peli de la que os hablé hace un par de relatos. En cualquier caso os contaré la anécdota. Y por cierto, si os estáis preguntando cuál fue la respuesta de mi hermano a la pregunta que le planteé en el anterior relato…la respuesta fue sí…
Lo dicho. No sé si aquella primera noche en la que retomamos el juego de “los novios” fue cuando tuvo lugar la anécdota pero os la cuento ya.
El caso es que se había abierto la veda de nuevo, pero claro, ahora estábamos bastante más espabilados, sobre todo yo. Había descubierto lo que era el porno de verdad y a cada mes que pasaba me ponía más cachondo y empalmado. Me había válido de una peli para camelar de nuevo a mi hermano y llevarlo a mi terreno, mostrándole todo lo que le quedaba por descubrir en el terreno del guarreo. Todo lo que nos quedaba por descubrir a los dos, mejor dicho.
Tiene sentido que fuese aquella misma noche cuando me vi “forzado” a imitar a aquel actor, pues supongo que además de ver la peli con la que lo engatusé, yo estaría loco por enseñarle aquella que había encontrado en uno de mis habituales rondas por la antigua casa, Loves Bites y su mosquito traicionero, y que aquella era la ocasión perfecta. Al principio del todo, lo que solíamos hacer era imitar un poco lo que veíamos, pero claro, al principio solamente veíamos un show bastante light (por mucho que nos pusiera a tope) en el que como mucho ...
... salían un par de tetas y un striptease. La cosa cambia cuando lo que tienes que imitar es mucho más duro y explícito…Supongo que mi hermano estaba por la labor de participar íntegramente en el juego y aceptó sin reparo que siguiésemos con la misma tónica de imitar lo que veíamos. Fuera lo que fuese…
Así que imagino (siento si abundan las palabra supongo o imagino pero ya ha pasado mucho tiempo y no puedo hablar con total exactitud en todo) que aquella primera noche, o cualquier otra noche de las del reinicio del juego, nos metimos de lleno a imitar las posturas que salían en la peli que teníamos puesta en la tele. Si al principio de todo yo me conformaba con el misionero, en aquella época mis picores me llevaban a no cerrarme a ninguna postura por rara que fuese y quería probarlas todas y cada una de ellas. Recuerden que todo consistía en mi polla dura frotándose contra el cuerpo de él. Todo lo hacíamos así. Ni siquiera había pajas. Yo a él ni lo tocaba por mucho que no se negase a jugar.
Teniendo en cuenta la fascinación que me ha causado siempre la postura del perrito, es de suponer que cuando empecé a practicarla con él me cautivó del todo. Se ponía a 4 patas y yo me acercaba por detrás con mi verga bien tiesa y la ponía entre sus nalgas, moviéndome adelante y atrás, rozándola bien por su culo. Jamás intenté penetrarlo, sobra decirlo. Estábamos tan entusiasmados con aquello, tan excitados, que ni siquiera hacía falta recurrir a aquello. De hecho ni sabíamos cómo se hacía. ...