1. Alicia 18/25


    Fecha: 01/03/2020, Categorías: Hetero Autor: evloguer, Fuente: SexoSinTabues

    ... comporte bien ya que los modales refinados de la otra casa podrían hacer evidente que teníamos algo entre nosotros. Ese "nosotros" sonaba tan tierno que tuvimos que tomarnos la mano, ella tuvo que soltarme la palanca de cambios pero era muy dulce sentir sus deditos apretujarse a los míos. Unos metros antes de llegar al portón tuve que detener la marcha para zambullirme en su boquita, tal vez durante el día no tendríamos oportunidad para besarnos y debíamos apaciguar nuestra sed. Apenas llegamos Margarita arrastró a mi hijita de la mano, parecía que la estaba secuestrando al llevársela a su habitación. Nos saludamos con Peñafiel como grandes amigos, ya no era mi patrón ese día. Me pasó una copa y deambulamos por la casona mientras me mostraba cosas. Su tono de voz denotaba una alegría que no le percibí las últimas veces, esa voz seca estaba reemplazada por una tonalidad llena de campanas, todo le hacía reír, tal vez se había pasado con los aperitivos. Llegamos al jardín del fondo que parecía un bosquecito, tenía árboles de todo tipo y un gigante césped. Solamente faltaba una pileta de natación, para suplir la falencia había una de lona bastante grande pero quedaba disonante con los lujos que la rodeaban. En el agua estaban un par de chicos que jugaban a los gritos, estaban muy entusiasmados y nos tuvimos que acercar para que escuchen el llamado de que vengan a saludar. Salieron dos cuerpitos chorreando agua y uno llevaba una mallita, era la nena. El hermanito se había metido ...
    ... al agua con el calzoncillito nomas y se le caía por el camino de tan mojado. Los saludé con una palmadita en la cabeza y pregunté cuál de los dos festejaba su cumpleaños, riendo me respondieron que ambos, que eran gemelos. Yo pensaba que al menos sería mas fácil recordar una única fecha. Volvieron corriendo a la pileta mientras la nena se sacaba la malla que se le había enterrado en la colita, lindo espectáculo esos globitos mojados que se sacudían al correr. Nos fuimos hasta la parrilla, él era el maestro cocinero ese día y removía unos trozos de asado que me hacían agua en la boca sólo verlos. Nos sentamos en la mesa adjunta y él se puso a armar un cigarrito con los dedos hasta dejarlo con una forma extraña, con los extremos retorcidos. Mientras lo encendía llegaron corriendo los hermanitos pidiendo gaseosa, se pusieron a tragar de sus vasos mientras con la otra mano se sostenían de mis rodillas. Por suerte me había cambiado con un pantaloncito deportivo prestado y podía airear las piernas. Mi nuevo amigo empezó con risitas entrecortadas, le estaba haciendo efecto el cigarrito y lo miré con cara seria, se arrimó a mi oreja y susurró que le daba gracia ese bultito tan prominente de su sobrinita, se delineaba perfectamente un tajito marcado en la malla de la nena. Me pareció que su estado algo alterado no le permitía ver que era una criatura, que si bien parecían unos gruesos labiecitos los que apretaba la prenda mojada no era para reírse. Yo empezaba a extrañar a mi Alicia, ...
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